Cubaizquierda

Media hora tendrá este 20 de agosto el equipo de abogados que representa a Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René González, para defender la justicia contra el odio.

Mil 800 segundos, para complementar 119 volúmenes de transcripciones y unas 20 mil páginas de pruebas ante el panel de jueces del Onceno Circuito de Apelaciones de Atlanta. Instancia en la cual se mantiene la batalla legal luego que el pleno del mismo revocara la decisión que había anulado las sentencias impuestas en el 2001 a los Cinco, como ya se les conoce.

Ahora, explicó en una reciente entrevista el abogado Leonard Weinglass “el resto del caso, apartándonos del tema del juicio justo y la sede, ha retornado al tribunal original, compuesto ahora por dos jueces, con la posible adición de un tercero, para la consideración de todos los aspectos restantes”.

Atenidos al corto tiempo disponible, los letrados se concentrarán en los tres aspectos más contundentes para revertir acusaciones principales contra los luchadores antiterroristas cubanos.

“El primero –dijo Weinglass- es el referido a si procede o no la Causa número tres, que alega una conspiración para cometer asesinato, contra Gerardo Hernández […]. El segundo argumento que tendrá una significativa atención de la corte es el referido a la mala conducta en el proceso judicial, particularmente del fiscal [John Kastrenakes] en su alegato final ante el jurado […]. El tercer argumento en importancia es el referido a la sentencia de tres de los Cinco que fueron acusados de conspiración para cometer espionaje.”

Cada uno de estos es suficiente para demostrar: Primero que los cubanos no tuvieron participación alguna en el legítimo derribo sobre espacio aéreo de Cuba de las avionetas de Hermanos la Rescate. Segundo, que la fiscalía violó sus propias reglas al recomendar sanciones contra delitos que no pudo demostrar. Y tercero que se sentenció a cadena perpetua a personas a quienes no se les ocupó ningún documento clasificado.

Pero si importante es seguir los vaivenes legales, tanto o más decisivo es lo que ocurre fuera de las cortes, porque es allí donde realmente se decidirá la suerte de los Cinco.

Más de una vez hemos escuchado a los familiares de los héroes cubanos destacar cuán primordial es la solidaridad internacional para ejercer presión sobre el poder judicial estadounidense, dado el evidente carácter político del proceso judicial.

Al mismo tiempo, varios acontecimientos de una manera u otra han descubierto la hipocresía de Washington en el tema del terrorismo. Especialmente la liberación en mayo del Bin Laden de América, Luis Posada Carriles. Así como los privilegios de que han disfrutado Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, Osvaldo Mitat y Robert Ferro, todos connotados terroristas, sorprendidos en posesión de armas y explosivos en EE.UU. Sin embargo son calificados como “'luchadores por la libertad” y han llegado a acuerdo con fiscalía, simplemente porque su blanco es Cuba.

Al mismo tiempo la verdad continúa abriéndose paso. Así lo demuestra la reciente entrevista a Gerardo, transmitida por la BBC Radio, de Londres y que The New York Times, haya vuelto a publicar un artículo sobre el caso de los Cinco.

Como en las vistas orales anteriores, de esta no saldrá veredicto alguno. Es simplemente otro paso en la batalla contra la histeria anticubana. Aún así serán 30 minutos por la justicia.