Posted by : Unknown viernes, 10 de abril de 2009

La visita a La Habana de siete legisladores integrantes del Caucus Negro del Congreso estadounidenses reavivó el tema de la posibilidad de conversaciones entre Cuba y los Estados Unidos de América.


Mientras The Wall Street Journal especulaba sobre una eventual eliminación por parte del gobierno de Barack Obama de los límites de los viajes familiares y los giros de dinero, la congresista Barbara Lee señalaba en la sala de conferencias del habanero Hotel Nacional: “Estamos aquí para hablar sobre las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Yo personalmente creo, al igual que lo creen muchas personas, que es tiempo de dialogar con Cuba y queremos descubrir qué es lo que ese diálogo debería implicar y le comunicaremos esto muy claramente a los funcionarios de nuestro gobierno en cuanto lleguemos”.

Los contactos que sostuvieron los congresistas con el presidente cubano Raúl Castro y con el compañero Fidel, son una señal inequívoca de la fuerza que están adquiriendo dentro stablishment de la nación del Norte los sectores políticos interesados en un cambio de la actitud de Washington hacia la Revolución Cubana.

Al mismo tiempo, tanto sus declaraciones, como las vertidas por funcionarios de la actual administración y otros legisladores, reflejaron los disímiles factores que pueden mover la balanza en uno y otro sentido.

¿Gana terreno el pragmatismo?
Entre las más ilustrativas afirmaciones estuvieron las del senador Richard G. Lugar: “Los casi 50 años de embargo económico contra Cuba, colocan a Estados Unidos en contradicción con la opinión del resto de América Latina, la Unión Europea y las Naciones Unidas”, dijo.

Evidentemente el republicano por el estado de Indiana aludió a la aplastante soledad que sufre su país en los foros internacionales por su persistente actitud de confrontación con Cuba. Papelazo que crece en el ámbito latinoamericano donde hasta uno de sus más cercanos aliados, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, anunció el restablecimiento de los nexos diplomáticos con la Mayor de Las Antillas. Al tiempo que el mandatario electo de El Salvador, Mauricio Funes, adelantó que hará lo mismo en cuanto asuma el cargo. De esta manera se completaría el aislamiento, no de Cuba, sino de quien ha tratado de cercarla por más de medio siglo.

Muy poco hay de ingenuidad en las mentes de varios de los promotores de las recientes iniciativas para desbloquear los viajes de los turistas estadounidenses. Al respecto basta con escuchar a Jeff Flakes, diputado republicano de Arizona y coautor de la referida iniciativa quien afirmó: “Si fuéramos serios respecto a impulsar reformas democráticas en Cuba, deberíamos de reconocer que necesitamos intentar una aproximación diferente”.

Por otro lado, sobre los verdaderos alcances de la actual administración de la Casa Blanca no dejó margen uno de los miembro del Caucus quien en La Habana aclaró que Obama es incapaz de hacer algo más allá de la liberación de los viajes y las remesas a los cubanoamericanos. Otra caso sería un suicidio político de cara a las elecciones del 2012.

Probablemente desde finales de la década de los 70 no existian condiciones como las actuales un clima tan favorable para que ambos países dialogaran sobre temas de interés común.
Aun no se ha confirmado nada al respecto, la idea de un enviado especial del presidente Obama para el tema Cuba, parece una opción probable. Más, teniendo encuenta que esta ha sido una práctica habitual del ejecutivo para eludir la burocracia del Departamento de Estado.

En asuntos como la lucha contra el narcotráfico y el tema migratorio tal vez se podrían ver algunos avances, pero cualquier probable agenda deberá pasar por el respeto de EE.UU al derecho de Cuba a la independencia, cuestión que todavía deja más preguntas que respuestas.


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