Tras los pasos del sol
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¿Te pasas más tiempo pensando en el futuro o en el pasado? ¿Por qué? Tras
los pasos, el sol, la vida , el canto de los niños. Tras los pasos, el mar,
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- Apuntes a los Apuntes… o Las culpas ajenas de Gorbachov
Posted by : Unknown
miércoles, 21 de agosto de 2013
Las últimas páginas se fueron a la orilla del mar y probablemente alguien piense que ese no sea el mejor lugar para ponerse a pensar en ciertas cosas. Allá sobre la arena terminé los Apuntes críticos a la Economía Política de Ernesto Guevara de la Serna y me han quedado más preguntas que respuestas concretas, por esa irresistible tentación de mirar la realidad contemporánea con el prisma de análisis tan reveladores.
Si su carta de despedida[1] es muy conocida, todo lo contrario ocurre con esta otra que también le escribió a Fidel antes de partir al Congo y seleccionada como prólogo al libro. Es una misiva que me atrevo a calificar como imprescindible dentro del amplio legado teórico del Che; en la cual define algo muy importante: “El comunismo es un fenómeno de conciencia, no se llega a él mediante un salto en el vacío, un cambio de la calidad productiva, o el choque simple entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. El comunismo es un fenómeno de conciencia y hay que desarrollar esa conciencia en el hombre, de donde la educación individual y colectiva para el comunismo es un parte consustancial a él”.[2]
Hablar posibilidad del comunismo puede sonar anticuado tras el colapso de la experiencia socialista euro-soviética, más no lo es tanto si se enfoca desde el ángulo de que Cuba y los movimientos sociales genuinamente anti sistémicos del mundo. Estos pretenden marcar claras diferencias respecto al capitalismo tanto en la organización de la sociedad como en sus basamentos éticos y morales. La ruptura sobre todo de eso mecanismos de dominación simbólica capitalista solo se lograrán, advierte el Che mediante un manifiesto proceso de transformación de la conciencia.
Siempre escuché decir que él anticipó el derrumbe de la Unión Soviética, dicho casi en un tono de profecía revelada pero después los Apuntes… el primer eximido, si no de toda al menos de una parte, es Mijaíl Gorbachov a quien en el maniqueo afán de simplificarlo todo se le muestra como el responsable único del desenlace nefasto de la URSS.
En el prólogo deja bien clara su postura de una onda matriz filosófica:
“Nuestra tesis es que los cambios producidos a partir de la Nueva Política Económica han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez en forma más marcada las relaciones de producción y los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la superestructura; se está regresando al capitalismo”. (Todos los subrayados son nuestros)
Simple: él alerta que el camino hacia el retroceso estaba en la concepción filosófica que sustentaba las decisiones políticas de los dirigentes incluso desde estrategias establecidas coyunturalmente por Lenin, pero devenidas luego en definitivas.
No es que el último presidente del Estado soviético no haya contribuido de una manera directa a labrar la ruta al abismo, sino que los problemas de fondo identificados por el Che, pienso, sobrepasaban la capacidad de discernimiento de Gorbachov.
Y he aquí la primera interrogante. ¿Tendremos clara esa concepción filosófica que mueve las decisiones económicas de hoy en Cuba? Esto obviamente ha sido dicho en términos claros mas, quizás, demasiado generales.
Che somete a una profunda y hasta mordaz crítica al Manual de Economía Política, editado por la Academia de Ciencias de la URSS y lo primero que salta a la vista es la terrible ironía de que a pesar de eso buena parte de la historia del mundo que nos contaron luego se hizo con los lenguajes y los preceptos de semejante texto.
Tomemos como referencia lo que comenta a la explicación del libro soviético sobre el desenlace de la crisis creada tras la invasión anglo-franco-israelí al canal de Suez en 1956 y la entrada del Pacto de Varsovia en Hungría ese mismo año:
“Este es un episodio oscuro que debe aclarase con el tiempo. Según parece EEUU no aprobó la invasión, mas, estuvo en contra, al parecer porque estaba muy implicado en lo de Hungría. La URSS recoge unos laureles cuya verdadera significación parece que nadie quiere aclarar en el otro campo”, dice.[3]
NOTAS
Si su carta de despedida[1] es muy conocida, todo lo contrario ocurre con esta otra que también le escribió a Fidel antes de partir al Congo y seleccionada como prólogo al libro. Es una misiva que me atrevo a calificar como imprescindible dentro del amplio legado teórico del Che; en la cual define algo muy importante: “El comunismo es un fenómeno de conciencia, no se llega a él mediante un salto en el vacío, un cambio de la calidad productiva, o el choque simple entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. El comunismo es un fenómeno de conciencia y hay que desarrollar esa conciencia en el hombre, de donde la educación individual y colectiva para el comunismo es un parte consustancial a él”.[2]
Hablar posibilidad del comunismo puede sonar anticuado tras el colapso de la experiencia socialista euro-soviética, más no lo es tanto si se enfoca desde el ángulo de que Cuba y los movimientos sociales genuinamente anti sistémicos del mundo. Estos pretenden marcar claras diferencias respecto al capitalismo tanto en la organización de la sociedad como en sus basamentos éticos y morales. La ruptura sobre todo de eso mecanismos de dominación simbólica capitalista solo se lograrán, advierte el Che mediante un manifiesto proceso de transformación de la conciencia.
Siempre escuché decir que él anticipó el derrumbe de la Unión Soviética, dicho casi en un tono de profecía revelada pero después los Apuntes… el primer eximido, si no de toda al menos de una parte, es Mijaíl Gorbachov a quien en el maniqueo afán de simplificarlo todo se le muestra como el responsable único del desenlace nefasto de la URSS.
En el prólogo deja bien clara su postura de una onda matriz filosófica:
“Nuestra tesis es que los cambios producidos a partir de la Nueva Política Económica han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez en forma más marcada las relaciones de producción y los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la superestructura; se está regresando al capitalismo”. (Todos los subrayados son nuestros)
Simple: él alerta que el camino hacia el retroceso estaba en la concepción filosófica que sustentaba las decisiones políticas de los dirigentes incluso desde estrategias establecidas coyunturalmente por Lenin, pero devenidas luego en definitivas.
No es que el último presidente del Estado soviético no haya contribuido de una manera directa a labrar la ruta al abismo, sino que los problemas de fondo identificados por el Che, pienso, sobrepasaban la capacidad de discernimiento de Gorbachov.
Y he aquí la primera interrogante. ¿Tendremos clara esa concepción filosófica que mueve las decisiones económicas de hoy en Cuba? Esto obviamente ha sido dicho en términos claros mas, quizás, demasiado generales.
Che somete a una profunda y hasta mordaz crítica al Manual de Economía Política, editado por la Academia de Ciencias de la URSS y lo primero que salta a la vista es la terrible ironía de que a pesar de eso buena parte de la historia del mundo que nos contaron luego se hizo con los lenguajes y los preceptos de semejante texto.
Tomemos como referencia lo que comenta a la explicación del libro soviético sobre el desenlace de la crisis creada tras la invasión anglo-franco-israelí al canal de Suez en 1956 y la entrada del Pacto de Varsovia en Hungría ese mismo año:
“Este es un episodio oscuro que debe aclarase con el tiempo. Según parece EEUU no aprobó la invasión, mas, estuvo en contra, al parecer porque estaba muy implicado en lo de Hungría. La URSS recoge unos laureles cuya verdadera significación parece que nadie quiere aclarar en el otro campo”, dice.[3]
Cuando el Manual… sostiene que: “en los países de la Europa
central y suroriental después de la liberación de la ocupación fascista, la
revolución socialista triunfó por medio de una serie de consecuentes
transformaciones revolucionarias, implantadas sin la necesidad de guerra civil”;
es demoledor: “La puntilla. Esto parece
escrito para niños o para estúpidos. Y el ejército soviético ¿qué? ¿Se rascó
los huevos?”. [4]
Por supuesto que la interpretación que hoy hagamos de sus
apuntes está matizada con el conocimiento de los acontecimientos posteriores;
no obstante esa misma situación imprime todavía más fuerza a sus argumentos. También,
todo sea dicho, el propio Fidel en varias ocasiones, incluso antes del derrumbe
de la URSS subrayó la importancia de no olvidar las advertencias del Che.[5]
Hace poco a Leonardo Padura se le ocurrió la peregrina idea
de decir que el Che probablemente era troskista por el silogismo de que si criticó
a Stalin eso automáticamente lo colocaba en las filas de los partidarios de
Leon Troski. Obviamente este escritor no se leyó Apuntes… donde Guevara muestra una calidad de agudo investigador
que lo coloca por encima de cualquier mezquino reduccionismo europeizante.
“En los pretendidos
errores de Stalin está la diferencia entre una actitud revolucionaria y otra
revisionista. Aquel ve el peligro de las relaciones mercantiles y trata de
salirle al paso rompiendo lo que se opone, la nueva dirección, por el
contrario, cede a los impulsos de la superestructura y acentúa la acción
mercantil, teorizando para ello que el aprovechamiento total de estas palancas
económicas llevan al comunismo. Hay pocas voces que se le opongan públicamente,
mostrando así el tremendo crimen histórico de Stalin: el haber despreciado
la educación comunista e instituido el culto irrestricto a la autoridad”.[6]
Como una especie de nota al pie va quedando el asunto de las
cooperativas, toda vez que su extensión incluso fuera del marco de la
agricultura es uno de los propósitos de los lineamientos aprobados en el VI
Congreso del Partido Comunista de Cuba.
Cuando Che evalúa esta cuestión señala:
“¿Qué es una
cooperativa? Si se considera como tal una agrupación de productores,
propietarios de los medios de producción, frente al capitalismo es un adelanto,
en el socialismo un atraso, ya que coloca a estas agrupaciones frente a la
sociedad propietaria de los otros medios de producción”. [7]
Desde luego que no tengo todos los detalles de las premisas
de la actual cooperativización de determinados servicios, aunque no parece que
se haya llegado al punto de darle la propiedad de los medios de producción
advertida como nociva por el Che.
Por fortuna para los iniciados como este escribidor la
propuesta del Centro Che no se limita a los apuntes guevarianos al ya mencionado
Manual…; se extiende a los que le
hiciera a los texto de los clásicos: Marx, Engels y Lenin y a la transcripción
de sus intervenciones en las reuniones en el Ministerio de Industrias en las
cuales dedicó mucho tiempo a explicar su manera de pensar.
Sin esto el libro hubiera quedado incompleto pues en esos
debates él se vio obligado a hacer innumerables precisiones. En particular a su
concepción sobre la interacción entre el
estímulo material y moral dentro del socialismo. Un tema para nada secundario
en estos tiempos donde noto una clara intención de potenciar el primero.
¿Cuál es la valía de estímulo material dentro del
socialismo?. Para evaluarlo Che parte de la raíz: las necesidades. ¿Qué es lo
realmente necesario para una persona? ¿Una casa un carro y una buena mujer,
como le escuché decir a un cubano antes de montarse en una balsa?
Refiriéndose al énfasis que hacía en el estímulo moral el Sistema
de Financiamiento Presupuestario que impulsaba dentro del Ministerio de
Industrias da una explicación de un realismo impresionante: (de antemano me
disculpo por lo extenso de la cita pero creo que lo vale):
“Cada vez se hace constantemente la discusión de que si el estímulo
material se niega o no se niega y entonces es la cuestión de que sea idealista,
que todo lo va a resolver al llamado de la conciencia, el estímulo moral y que
ahí se acaba todo; y el hombre come y la barriga del hombre es la que está
determinando su acción, y en definitiva eso es cierto.
“Si la barriga del
hombre no determina sus acciones, pues no habría ninguno de estos problemas,
inclusive estaría establecida la teoría que se basa en términos groseros
digamos, de que el estómago del hombre es lo más importante. Ahora el estómago
del hombre se traslada un poquito a todas las necesidades del hombre. Entonces
ya no es estómago, como estómago, sino el estómago representando todas las
necesidades del hombre, y ahí si ya puede actuar la conciencia.
“Es decir, cuando
un hombre tiene hambre, hambre física, que le faltan cosas para meter en las
mandíbulas, es difícil hablarle de otras cosas, y el esfuerzo fundamental hay
que hacerlo para darle esas cosas físicas, cualquiera que fuera. Y pensar que
un país entero va a responder a estímulos superiores teniendo hambre, eso a mí
me parece un sueño. Ahora, entre esa situación de hambre y la situación de
la satisfacción de todas las necesidades del hombre en el comunismo, hay una
inmensa gama de posibilidades, posibilidades que están determinadas incluso por las
características históricas.
(…) “Entonces, este
problema de las necesidades materiales es muy importante determinarlo, aquí es
donde juega un papel la educación del hombre, es decir, hay una cantidad de
necesidades que son vitales y esas hay que satisfacerlas; si no las
satisfacemos, en verdad difícilmente podremos avanzar.
“Ahora después de ahí,
hay una serie de necesidades que la cultura y el desarrollo van haciendo más o
menos imprescindibles para el hombre, de acuerdo con la época histórica en que
se tome determinada sociedad y sobre esto se puede actuar, de manera que estas
necesidades puedan hacerse más o menos imperativas, de acuerdo con la
educación, es decir, lo que ha pasado de determinado forma en Cuba.
“Había una gran
cantidad de gente para la cual el sistema socialista significaba el retroceso
de una serie de comodidades, pero el desarrollo de la conciencia ha permitido
sustituir estas comodidades que son accesorias, que en un momento dado se había
transformado en parte de la vida del individuo, pero que la educación conjunta
de la sociedad puede hacer retrotraer esa necesidad. Nosotros ahora estamos en
un momento en que tenemos que ir delante de nuevo, a recuperar cosas que muchos
de nosotros hemos tenido y todo el mundo las conoce y por conocerlas son parte
de su aspiración: el guajiro también aspira a tener televisión. Tenemos que
ir a dar esas necesidades. Ahora, la forma en que nosotros vamos a darlas, el
método que vamos a tener para dar esta y todas las otras necesidades es lo que
está en discusión y es ahí donde debe actuar la conciencia”.[8]
Hoy, creo, estamos en una situación donde el reto es mayor.
¿Por qué? Porque la huella de los avances sociales resumibles en el recuerdo que
generaciones completas tienen de los años 80 del pasado siglo creó una escala
de necesidades específica: bajos precios de la canasta básica, de servicios
primarios y de entretenimiento. Ya, digamos, el guajiro tiene ese televisor al
que se aspiraba en 1964.
Sin embargo, continuando con el ejemplo, puede que el nieto
de ese guajiro ya sueñe, no con un televisor porque nació con él, sino con uno
de pantalla plana o con tener Internet en casa.
Entonces a la escala de necesidades que trata de establecer
en la mente de las personas un mundo capitalista experto en inducir lo
superfluo como esencial y que también tiene su derivación en presentar al
capitalismo en la Cuba de 1959 como poco menos que paradisíaco, se le une en el
imaginario social un socialismo que en una época logró una satisfacción de
necesidades indudablemente mayor a las del contemporáneo y engrandecido por la
evocación de quienes lo vivieron.
Así, creo, mientras continuamos en el estadío de satisfacer,
todavía, esas necesidades definidas por el Che como esenciales, pero que al
mismo tiempo han estado influenciadas por el desarrollo civilizatorio actual; se
torna mucho más válida su alerta de no supeditar el alcance ese punto de satisfacción
aceptable de las necesidades únicamente a los resortes materiales pues se redunda
en un círculo vicioso que conduce a negar a largo plazo precisamente la
sociedad conscientemente diferente
que se quiere construir.
Quizás uno de los ejemplos más nítidos sea el caso de losdeportistas de alto rendimiento que emigran, legalmente o no, y quienes por
cierto son trabajadores también porque si bien no hay una mercantilización del
sistema deportivo el Estado los profesionaliza de hecho pues al asumir
directamente su manutención, les permite dedicarse por entero al deporte.
“¿Cómo vamos a alentar
a los trabajadores a esforzarse por lograr el mayor ingreso material posible y,
al mismo tiempo, pedirles que trabajen por el interés público y hagan sacrificios
a favor del Congo o Sudán? Esto es
imposible, porque aquí la lógica es
contradictoria. Deben buscarse otros medios para dominar esa contradicción”,
subraya el Che.[9]
Los deportistas se van porque no tienen sus necesidades
materiales satisfechas, dicen.
Esto puede que sea cierto; mas, si pensamos que solo con
grandes salarios mantendremos en Cuba a nuestras estrellas del béisbol, por
ejemplo, sería un romanticismo conceptual si no se configuraran mediante la
educación esas necesidades. De manera que el atleta no vea como la única
realización de su vida ganar millones de dólares todos los años. Tendrá siempre
que haber otros resortes que los
hagan quedarse, porque siembre los grandes clubes o equipos les ofrecerán
materialmente más.
El Che tiene mucho que decir todavía en el esfuerzo que
ojalá emprenda el mundo académico cubano de establecer con nitidez y fortaleza
esa economía política del socialismo cubano que en el presente momento
histórico parece ser más necesaria que nunca.
Tras cada decisión política sobre la economía tiene que
haber una filosofía que la sustente. El Che Guevara hizo el tiempo para marcar
el camino de esa concepción filosofía, sería como darnos un tiro en el pie
dejar su obra inconclusa.
[1]
Nos referimos a la leída por Fidel Castro Ruz el 3 de octubre de 1965 en la
constitución del Comité Central del que desde ese momento se acordó llamar
Partido Comunista de Cuba.
[2]
Ernesto Che Guevara. Apuntes críticos a
la Economía Política.p_12. Centro de Estudios Che Guevara, editoriales
Ocean Press y Ciencias Sociales. La
Habana 2012.
[3]
Ernesto Che Guevara. Ob cit.p_92.
[4]
Ernesto Che Guevara. Ob cit.p_106.
[5]
En su discurso en la conmemoración del XX aniversario de la caída en combate
del Che, dijo Fidel: “Puede haber algunas de las ideas del Che muy asociadas al
momento inicial de la Revolución, como la relacionada con su criterio de que
cuando se sobrecumplía una norma, el salario no sobrepasara los ingresos que le
correspondería a la escala inmediata superior, porque él quería que el
trabajador estudiara, y él asociaba su concepción a la idea de que la gente
entonces con muy bajos niveles culturales y técnicos, se superara. Hoy tenemos
un pueblo mucho más preparado, más culto. Se podría discutir si debe ser igual
a la escala superior, o a mayores escalas; se podrían discutir aspectos y
cuestiones que se asocien más a nuestras realidades de un pueblo mucho más
culto, de un pueblo con mucha mejor preparación técnica, aun cuando no se debe
renunciar jamás a la idea de una constante superación cultural y técnica.
“Pero hay muchas ideas del Che que son de una vigencia
absoluta y total, ideas sin las cuales estoy convencido de que no se puede
construir el comunismo, como aquella idea de que el hombre no debe ser
corrompido, de que el hombre no debe ser enajenado, aquella idea de que sin la
conciencia, y solo produciendo riquezas, no se podrá construir el socialismo
como sociedad superior y no se podrá construir jamás el comunismo.
“Pienso que muchas de las ideas del Che, ¡muchas de las
ideas del Che!, tienen una gran vigencia; si hubiéramos conocido, si
conociéramos el pensamiento económico del Che, estaríamos cien veces más
alertas, incluso, para conducir el caballo, y cuando el caballo quiera torcer a
la derecha o a la izquierda, donde quiera torcer el caballo —aunque, sin duda,
en este caso se trataba de un caballo derechista—, darle un buen halón de freno
al caballo y situarlo en su camino, y cuando el caballo no quiera caminar,
darle un buen espuelazo”. En http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1987/esp/f081087e.html
[7]
Ernesto Che Guevara. Ob cit.p_108.
[8]
Ernesto Che Guevara. Ob cit.p_277.
[9]
Ernesto Che Guevara. Ob cit.p_396.
Genial muy bueno su artículo.