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- Hay pobres, también en Estados Unidos
Parecerá una redundancia decir que en Estados Unidos hay pobres tratándose de una sociedad capitalista. Mucho más, si agregamos que su número es considerable, pues las idílicas series de televisión nos traen la imagen de una desahogada y próspera clase media. Mientras, sus políticos no se cansan de subrayar la “fortaleza” de su economía.
El índice de pobreza en dicha nación descendió de un 12,6 por ciento en el año 2005 hasta 12,3 por ciento en el 2006, afirmó Oficina del Censo, en su informe dado a conocer la semana pasada. Pero como advirtió el Chicago Tribune, aunque la cifra oficial de personas pobres bajó en casi medio millón, en Estados Unidos todavía hay 36,5 millones calificadas como tal y 47 millones sin seguro médico.
Lo de los políticos celebrando por no lo dije por gusto. El propio Tribune se hizo eco de las declaraciones del presidente Bush tras la divulgación del referido informe. “A muchos más de nuestros ciudadanos les va mejor en esta economía; los ingresos aumentan continuamente y un mayor número de estadounidenses sale de la pobreza”, dijo.
Desde luego estamos en campaña electoral y los aspirantes al trono son más críticos que nunca. Así el senador demócrata de Illinois Barack Obama señaló: “Es un insulto moral que en la nación más rica del mundo, una de cada diez familias viva en la pobreza y que 47 millones de estadounidenses no tengan seguro médico”.
Menos pobres pero…
Lo expertos no se quedan en las ramas y señalan que a pesar del aumento de los ingresos, muchas familias trabajadoras se están quedando rezagadas. Numéricamente hay menos pobres, sin embargo la desigualdad en los ingresos no ha deja de incrementarse.
Jared Bernstein, economista del Instituto de Política Económica, alertó que dos décadas atrás, la quinta parte más rica de los estadounidenses ganaba el 46,2 por ciento del ingreso total. En el 2006 esa misma porción de la población se quedó con el 50,5 por ciento de la riqueza.
En el otro extremo, la quinta parte de más bajos ingresos en la población ganaba el 3,8 por ciento del ingreso total en el año 1987. El año pasado ese sector vio reducirse al 3,4 por ciento su participación en las ganancias.
"En cinco años de recuperación económica, el país aún no avanzó en reducir la pobreza, en elevar el ingreso de los miembros de las familias en edad apta para trabajar o en contener el ejército de personas sin seguro médico, aun comparando esas cifras con las de la última recesión", indicó el director ejecutivo del no gubernamental Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, Robert Greenstein.
Visto en términos de salarios lo anterior significa que, como observan otros reportes de prensa, los ejecutivos de las empresas ganan 364 veces más que el trabajador promedio. Además sus dividendos superan, incluso, a los de altos funcionarios de gobierno, ejecutivos de organizaciones sin fines de lucro e incluso los de sus colegas del otro lado del Atlántico.
Así los presidentes de las 500 compañías más grandes de EE.UU. ganaron una media de 10,8 millones de dólares en compensaciones totales en 2006, y los presidentes de las 20 empresas más grandes, de 36,4 millones de dólares. A años luz están los trabajadores pues sus utilidades apenas superaron la media de los 29 mil 544 dólares.
Otra investigación, esta vez de los economistas Emmanuel Saez y Thomas Piketty, demostró que los más adinerados de Estados Unidos incrementan sus cuentas bancarias a niveles nunca vistos desde los años 20 del pasado siglo.
Mientras tanto para cada vez más familias el cielo se ennegrece al punto de correr peligro de perder sus casas. Según la Asociación de Banqueros Hipotecarios, en el 2006 perdieron sus hogares 550 mil deudores.
Es lo ya definido como una crisis inmobiliaria donde, comos siempre, aquellos con menos respaldo para enfrentar sus deudas podrían perder sus viviendas. Desde diciembre unas 15 instituciones de crédito se presentaron a la bancarrota.
Las alarmas volvieron a sonar cuando Lehman Brothers Holdings Inc., el mayor tenedor de bonos del Tesoro de Estados Unidos con respaldo hipotecario, anunció el eventual cierre de su división de préstamos subprime y el despido de unos mil 200 empleados. Aún se desconoce con exactitud que consecuencias esto tendrá entre sus clientes pero lo más seguro es que la mayoría caerá en la mora de pagos y de ahí a la ejecución hipotecaria de sus viviendas.
Puede que parezca obvio afirmar que en Estados Unidos hay pobres, mas a muchas familias a punto de quedarse sin techo es la cruda realidad.
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