Posted by : Unknown jueves, 31 de julio de 2008

Por Jean-Guy Allard

Tomado de www.granma.cubaweb.cu

Robert Kent, dueño de la organización "Friends of Cuban Libraries", estará presente en la ciudad de Quebec, en el Congreso mundial de los bibliotecarios para seguir calumniando a Cuba. Esta vez, sin embargo, este colaborador activo de la CIA tiene un serio problema: su viejo amigo Frank Calzon, el dueño del Center for a Free Cuba que financia sus actividades, está investigado por el Congreso por un gigantesco fraude ocurrido a costa de la USAID.

El importante evento, organizado por la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios (IFLA) se iniciará este 10 de agosto y reunirá a más de 4 000 bibliotecarios del mundo entero en esta ciudad canadiense.

Hace ya casi una década que Kent se dedica a la misión que le encargó personalmente Calzón: denigrar a los bibliotecarios cubanos legítimos de la red nacional de bibliotecas, al estimular a una reducida red de seudo "bibliotecarios" cubanos que creó la Sección de Intereses de EE.UU. (SINA) en La Habana con unos informantes remunerados.

El plan entra en la estrategia diseñada por la USAID en su Programa Cuba para desestabilizar, a golpe de decenas de millones de dólares, a la Revolución cubana.

En el marco de este proyecto, Calzón ha gastado unas decenas de miles de dólares… pero investigaciones recientes del General Accountability Office (GAO) han descubierto en sus cuentas unos huecos financieros vertiginosos entre las pretendidas "operaciones" realizadas por su staff mercenario en suelo cubano.

Los señalamientos del GAO a Calzón y varios otros delincuentes que viven del cuento anticubano fueron tales que hace unos meses, la crisis en la USAID provocó la salida del funcionario corrupto Adolfo Franco que regaba millones desde hace años a favor de capos de la mafia cubano [norte] americana.

Franco se refugió en la organización de la campaña del candidato republicano a la presidencia John McCain quien es (¡que casualidad!) también Jefe del International Republican Institute (IRI), beneficiario de las bondades de la USAID.

En abril último, el propio Calzón confesó cómo Felipe Sixto, su brazo derecho durante años en el Center for a Free Cuba, se había robado medio millón de dólares en el curso de sus tres años en esta dependencia de la Compañía.

Hace unos días, el representante Howard Berman, demócrata por California quien dirige la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja estadounidense, alarmado por las revelaciones del GAO, ordenó la congelación de los fondos del Center for a Free Cuba "como respuesta al desfalco de $500,000 en el Center for a Free Cuba", según los términos de la prensa norteamericana.

Al tomar la medida, el político norteamericano reconoció como desde años la mafia cubano [norte] americana desvía de manera escandalosa los fondos destinados a las campañas anexionistas que el gobierno norteamericano pretende desarrollar en Cuba.

El Congreso fue entonces llegó a congelar la totalidad de los $45 millones asignados en el 2008 al programa Cuba de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID)… para luego aceptar las promesas de la Casa Blanca, del Departamento de Estado y de la USAID de investigar a fondo esta enorme sistema de desviación de fondos federales, promovida desde décadas por los Diaz-Balart y Ilena Ros-Lehtinen, congresistas cubanoamericanos afiliados a la mafia de Miami.

Sin embargo, el subsidio a Calzón quedó congelado por su envergadura.

Se ignora hasta ahora hasta qué punto Kent puso la mano en la masa, pero es probable que el neoyorquino pronto tendrá que justificar ante una auditoría cada centavo que se gastó, desde hace casi diez años, en sus aventuras anticubanas que lo llevaron alrededor del mundo, por la voluntad de Calzón, su amigo intimo.

UN BIBLIOTECARIO CON RADIOTRANSMISOR Y RELOJ GPS

En febrero de 1999, la "disidente" cubana Aleida Godínez recibió la visita de Kent que se presentó bajo una falsa identidad. Dijo que era bibliotecario en Nueva York, y que venía a nombre de Calzón, ya conocido como un veterano agente de la Agencia Central de Inteligencia.

La visita de Kent tenía dos objetivos: subcontratar a Godínez por cuenta de Calzón para investigar temas sensibles de la economía cubana e instarla a fotografiar el lugar de residencia del Vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos Lage Dávila, un apartamento de un céntrico barrio de La Habana. Un operativo claramente de espionaje.

Kent no llevaba libro alguno. Llegó con una cámara, un radio onda corta, un transmisor y receptor de 10-bandas, y un reloj marca Cassio con GPS y mucho dinero en efectivo.

El norteamericano fue detenido a su salida del país y expulsado por espionaje.

Este James Bond de pacotilla ignoraba que Aleida Godinez era agente de la Seguridad del Estado, donde se la conocía como la agente Vilma.

UN MILLONARIO MECANISMO DE PROPAGANDA

Estados Unidos se gasta anualmente decenas de millones de dólares del dinero de los contribuyentes para atacar a Cuba.

La organización de Kent, "Friends of Cuban Libraries", es otro más de estos "comités de sofá", cuya entera membresía cabe en un solo asiento, conformados según los planes del centro CIA de Langley.

El gobierno de Bush, que arruina al país con una guerra sanguinaria en Iraq, que autorizó la tortura en el campo de concentración de Guantánamo y que abandonó a la población negra de la Nueva Orleáns, es este mismo que pretende enseñar el respeto de los derechos humanos en Cuba mediante un millonario mecanismo de propaganda.

En el anterior congreso mundial de bibliotecarios de Oslo, en Noruega, la ofensiva de Robert Kent, se había convertido en una espectacular derrota. Abandonado por sus últimos reclutas de Europa del Este, se había quedado excluido de los pódium.

En el siguiente congreso de Seúl, en Corea, a Kent el tiro le salió por la culata. Mientras la resolución que logró introducir a fuerza de maquinaciones ni pudo ser presentada, por su total irregularidad, el evento sirvió a los bibliotecarios de Cuba para reforzar notablemente sus relaciones con otras naciones.

Unas semanas después, el gobierno de Bush en otro inútil esfuerzo para desprestigiar a Cuba, introdujo de conferencista en el congreso nacional de los bibliotecarios norteamericanos, a Madeleine Albright, el halcón desplumado de la era Clinton que había sido recuperado del basurero para la guerra sucia contra la Isla.

En el Congreso mundial de bibliotecarios que se abre en Québec, Kent llegará con su pantalón estrujado y su inseparable maletín de lona verde, para realizar su trabajo de agente en los pasillos del Centro de Congreso, en esta operación de desinformación orientada por el Departamento de Estado de Bush. Es probable que se haga acompañar de uno de los asalariados cubanos del Departamento de Estado, generalmente asimilados a los grupos más violentos que tolera el aparato judicial de Bush en el Sur de la Florida.

Reivindicará apoyos como los de ex "disidentes" de Europa del Este que reclutó por ser, sin excepción, vinculados a la inteligencia norteamericana, o de organizaciones como Reporteros sin Fronteras, del mercenario francés Robert Ménard, jefe de la llamada "ONG" Reporteros sin Fronteras que reconoce, por no tener otro remedio, recibir financiamiento… del propio Center for a Free Cuba de Frank Calzón.

Sin embargo, lo esperan en la histórica ciudad que fue cuna de la Nueva Francia, los militantes de la solidaridad con Cuba y numerosos bibliotecarios amigos de Cuba que ya se cansaron de oír, en otras oportunidades, la retórica desgastada de Kent, copiada del usual discurso de la extrema derecha norteamericana acerca de Cuba y del socialismo.

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