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- De como son los cederistas cubanos
Para no entrar en contradicción con santiagueros, holguineros y tuneros da cómo lugar de nacimiento las provincias orientales. Más 32 años como cuadro profesional de los CDR, hacen de Roger Enrique Mastrapa Pérez, una figura imprescindible a la hora de escribir la historia de la mayor organización de masas de país.
Él conoce de primera mano todas las estructuras de la organización, desde sus inicios como voluntario en las instancias municipales, con apenas 13 años. En su hoja de servicios consta haberse desempeñado como presidente de CDR, de Zona, de Distrito, Seccionales, Región, Provincia y miembro del Secretariado Nacional.
Ha integrado además Comités Municipales, Regionales y Provinciales del Partido, las delegaciones a los tres primeros congresos del PCC y a Festivales Mundiales de la Juventud y los Estudiantes. Figura además entre los fundadores de la Unión de Jóvenes Comunistas y durante once años ocupó un escaño en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Considera un privilegio haber trabajado por tantos años en los CDR, a los cuales califica como “el fruto de la capacidad visionaria e infinita del Comandante en Jefe Fidel Castro. Y dan la medida de su profunda confianza en el pueblo y de saber calcular lo que representa un pueblo unido”.
Con múltiples distinciones, medallas, sellos y un diploma del Consejo de Estado, solo admite como verdadero honor, el haberle estrechado la mano al compañero Fidel:
- Mastrapa, ¿cuál considera el mayor aporte de los Comités?
-“El trabajo político-ideológico hombre a hombre, que ha formado conciencia en torno a la unión del pueblo junto a Fidel, Raúl y el Partido. En la formación de las nuevas generaciones, donde son un complemento de la escuela, la familia y de la comunidad.
“Son un instrumento autóctono del barrio, sin el cual se debilitaría la unión, la solidaridad y la alegría”.
-Cuando escucha que tal o más cual CDR o Zona no funciona, ¿Qué les responde?
-“Ante problemas como esos la culpa no es de la barriada ni de los miembros, es de los cuadros y métodos.
“Los CDR tiene su idiosincrasia, su forma revolucionaria de ser, no se le pueden imponer esquemas no patrones. El país dispone de organizaciones formidables como los sindicatos, la FMC y otras que agrupan a estudiantes, campesinos y pioneros: Todos luchan y trabajan con un mismo objetivo, pero tienen muy bien definidos sus escenarios de trabajo. En el caso de los CDR, estos son un espacio importante donde los jubilados, amas de casa, las personas limitadas y desvinculadas puedan contribuir y ayudar a la Revolución. Los cuadros tienen que tener en cuenta esa particularidad. Por eso digo que en esos CDR, zonas y barrios lo que falta es convocatoria.
“La tarea más importante de los cuadros profesionales es asegurar el funcionamiento interno de cada estructura, sólo así se puede lograr el resto de las actividades. Un CDR sin presidente en como un radio apagado”.
-¿Cuál fue la clave que le permitió lograr en todos los niveles de dirección que dirigió siempre los primeros lugares en la emulación?
-“No hay secreto que revelar. Los métodos y estilos que siempre usé son los mismos que han demostrado Fidel, Raúl, Almeida y el Ché: la vinculación permanente con el pueblo, saber oír, interpretar sus desvelos y preocupaciones. Estimular y reconocer las proezas y hazañas de los colectivos y personas individuales; tener fe y confianza en el pueblo, sin usar nunca la demagogia o la mentira. Tampoco valerse de métodos efectistas o triunfalistas. Y por encima de todo, poner siempre el ejemplo personal, unido a sentir como nuestro cuando algún compañero tiene un problema.
“Siempre en mi trabajo he utilizado la que considero la mejor directiva para la capacitación y formación de los cuadros: el artículo escrito por el Ché, titulado El Cuadro, columna vertebral de la Revolución, publicado por la revista Cuba Socialista; ahí está todo y debía convertirse en una brújula para el trabajo presente y futuro.
“A mi modesta experiencia, para lograr los éxitos que se necesitan, un colectivo de dirección debe tener gente con capacidad, abnegada, exigente, firme, combativa, de un gran sentido humano, solidario; y bajo ningún concepto puede faltar la composición armónica de los jóvenes y los veteranos”.
-¿Cree que la única misión de los CDR es la vigilancia?
“La primera tarea que les dio Fidel a los CDR fue, es y será, la defensa de la Revolución, no por gusto está en el nombre de la organización. Eso es enfrentarse a las mentiras que esparce la contrarrevolución, donar sangre, vacunar niños, recoger materias primas, limpiar, sembrar una planta, asistir a los actos políticos o las reuniones, poner una bandera, preocuparse porque los niños asistan a la escuela, denunciar lo mal hecho, ayudar a los casos sociales, asistir a los días de la defensa, hacer guardias y cuantas más requieran la etapa o el momento que se viva”.
-¿Cómo imaginas a los Comités del futuro?
-“No tengo preocupación con el relevo, porque este, aunque nació después del triunfo de la Revolución, es mejor que nosotros pues está mejor preparado. Con la conciencia de las generaciones anteriores serán un baluarte para el porvenir. Ellos serán capaces de llevar adelante nuestros socialismo, perfeccionándolo y consolidándolo”
NOTA: Agradecemos el gesto desinteresado de Mastrapa, quien puso a disposición de este reportero varias de sus notas, destinadas a un libro que escribe sobre sus experiencias dentro de los CDR.
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