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- Venezuela pos-elecciones regionales: Los números no mienten
Después de las elecciones regionales en Venezuela este 23 de noviembre el fortísimo antagonismo entre el gobierno bolivariano y la oposición pro yanqui se refleja en el contraste de conclusiones que ambos bandos le han dado a los resultados de los comicios.
Pero yendo directo a los números tenemos que el Partido Socialista de Venezuela (PSUV), obtuvo el 70 por ciento de las gobernaciones del país (19 de 23) y 80 por ciento de las alcaldías (265 de 327). Mientras que la sumatoria de la oposición tendrá gobernadores en los estados de Zulia, Nueva Esparta, Carabobo y Miranda, además de la Alcaldía Metropolitana de Caracas.
Las fuerzas oligárquicas celebran como si se tratara de la antesala del derrocamiento del gobierno que encabeza Hugo Chávez, amparados en el innegable peso económico que tiene los estados cuyas gobernaciones no lo apoyarán.
Al hacerlo olvidan que la mayor parte de las alcaldías de los estados considerados suyos, están en manos de los socialistas. De manera que no les será muy fácil obstruir el avance de los programas gubernamentales, no solo por inevitable conflicto con el gobierno federal, sino también por la resistencia que encontrarán en los municipios controlados por el PSUV.
A todas luces sobrestiman sus posibilidades pues el escenario difiere mucho de existente hace 10 años. Hoy el gobierno bolivariano está mucho más consolidado y tiene bajo su control los principales recursos energéticos y financieros del país, los cuales sí son claves para mantener con vida a la economía nacional; colocándolo en una buena posición para afrontar los eventuales efectos de la crisis económica mundial, especialmente ante el descenso del precio del petróleo (cayó desde 140 a 52 dólares el barril).
Súmese que por la carencia de una propuesta verdaderamente alternativa y su natural tendencia a la búsqueda del beneficio propio, continúan siendo incapaces de presentarse como agrupación política unitaria. Por tanto el margen concreto de acción que tienen es mucho menor que en 1999.
Victoria cierta
El proyecto socialista que encabeza Chávez logra, por su parte, consolidar una mayoría contundente en el mapa político nacional que le permitirá, la menos en teoría, continuar profundizando y concretando los diversos programas de beneficio social y proseguir en el empeño de hacer realidad la democracia desde abajo.
Desde luego deberá tomar nota de las causas de las derrotas en el Distrito Capital y las razones que igualmente provocaron los demás reveses. Un punto que alerta sobre la necesidad de articular acciones más inteligentes ante los sectores de la pequeña burguesía y los sectores poco politizados. Estos pueden no notarse mucho en estados de amplia mayoría popular, pero en otros como Nueva Esparta, Zulia y Miranda pueden marcar la diferencia en una elección.
Tienen además el enorme reto de que el PSUV no sea simplemente un partido electoral o un megaclub de fans del presidente Chávez, sino un verdadero partido de masas, participativo, incluyente y antidogmático.
La victoria del 23 noviembre es una oportunidad inmejorable para continuar avanzando en el camino hacia un socialismo que no está escrito en los libros y que saldrá de rica articulación entre teoría y práctica venezolanas.
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