Cubaizquierda

A no cejar en la campaña global exigiendo justicia para los cinco luchadores antiterroristas cubanos, exhortó María Eugenia Guerrero (Maruchi), hermana de Antonio Guerrero, en carta a todos los integrantes del movimiento de solidaridad.

“En estos momentos que el caso esta pendiente de decisión si se aprueba o no en la Corte Suprema necesitamos redoblar esos esfuerzos encaminando nuestras acciones hacia el nuevo gobierno de los Estados Unidos, Obama sí puede hacer que se haga justicia”, dijo, refiriéndose a la apelación hecha por el equipo de abogados que representa a su hermano y a René González, Ramón Labañino, Gerardo Hernández y Fernando González, a la máxima instancia judicial estadounidense.

También, recordó que “debemos seguir exigiendo por el derecho de las visas de los familiares, principalmente para el caso de Adriana Pérez, la esposa de Gerardo, que desde hace más de once años no se ven y le han negado la visa nueve veces y para el caso de Olga Salanueva la esposa de René, esto viola todas las leyes y reglamentos de los Derechos Humanos”.

La situación de Adriana y Olga ha sido denunciada por varias organismos internacionales de derechos humanos, como Amnistía Internacional, la cual ha planteado la cuestión en reiteradas ocasiones a las autoridades estadounidenses, considerando que no permitir a los reclusos que reciban visitas de sus esposas es una medida punitiva innecesaria que vulnera las normas sobre el trato humano debido a los presos y la obligación de los Estados de proteger la vida familiar.
María Eugenia Guerrero igualmente destaca en su misiva como en el caso predomina el odio y la venganza política. Reflejado por ejemplo en el hecho de que a Antonio no se le haya aceptado su solicitud de traslado a una prisión menos estricta, a pesar de su expediente de buena conducta.
La penitenciaría de Florence, estado de Colorado donde se encuentra recluido Antonio Guerreo, tiene un régimen muy estricto de seguridad. Allí han ocurrido varios incidentes violentos, que han provocado su cierre a las visitas de los familiares de los presos; pues, como recordó Maruchi: “pagan justo por pecadores según el reglamento”.

“En nombre de nuestras familias y de los CINCO les agradecemos infinitamente su deificación por la liberación de Tony, René, Fernando, Gerardo y Ramón, en nombre de mi mamá especialmente que lucha cada día por este regreso y poder tener el tiempo suficiente para tener a su hijo en casa”, concluyó.