Cubaizquierda

Todavía se recuerda como paradigmática aquella frase de un ejecutivo de un medio de comunicación venezolano al dictador por 28 horas Pedro Carmona: "No podemos garantizarle la fidelidad del Ejército, pero le podemos prometer el apoyo de los medios".
Si de algo puede jactarse el gobierno golpista de Honduras es de gozar del pleno apoyo de los grandes circuitos mediáticos nacionales y de sus colegas del exterior.

Los dos periódicos de mayor alcance en el país se han convertido en El Heraldo de cuanta mentira se le ocurra y en La Tribuna desde la cual justificar todos los asesinatos y represiones al pueblo.

Para ello se aseguraron desde el primero momento el silencio forzado de cualquier voz disidente dentro del país. Ocuparon la televisión gubernamental, el Canal 36 y han asaltado en reiteradas ocasiones las sedes de emisoras radiales como Radio Progreso.

Mientras tanto periodistas de Radio Globo Honduras, específicamente el locutor del programa “Tras la verdad”, son objeto de llamadas de madrugada para amenazarlo de muerte.

Por su parte el diario La Prensa, se especializa no en reflejar la veracidad de los acontecimientos, sino en manipular fotos para edulcorar la represión a la que el gobierno de facto somete al pueblo, “limpiando” la foto en la cual se veía gravemente herido a Isis Obed Murillo, quien falleció a causa de los disparos de los militares cuando fue reprimida la multitud que colmó los alrededores del aeropuerto de Tegucigalpa para recibir al presidente Zelaya.

Michael Jackson vs Honduras
En el plano internacional la actitud de los medios es sumamente ilustrativa de la correlación de fuerzas existente y los intereses que se mueven tras las agendas de cada uno.
Mientras para el norteamericano promedio la noticia de la semana fue la muerte del Rey del Pop Michael Jackson, CNN en Español trató en vano de dominar con su propia interpretación de los acontecimientos la cobertura a lo ocurrido en Centroamérica.

Así, para CNN no hubo golpe de Estado, sino “destitución forzosa”; Zelaya no fue secuestrado en su residencia, sino “depuesto” y las protestas populares son solo “disturbios”. En los días siguientes Roberto Micheletti es presentado ya como el “presidente constitucional”, al tiempo que ha sido entrevistado en extenso, al menos tres veces.

Por el mismo camino ha estado el “respetadísimo” El País, al cual le costó mucho trabajo admitir que en Honduras se había producido un golpe de Estado.

La otra cara de la moneda ha sido Telesur. La cadena multinacional a fuerza de una cobertura total y objetiva de los acontecimientos ascendió al estrellato. Al punto que en la tarde del 5 julio cuando el jet del presidente Zelaya sobrevolaba el aeropuerto Toncontín, el sitio web de la televisora casi colapsa, teniendo que presentarse en una versión Solo Texto para soportar la avalancha de internautas ávidos de conocer que estaba pasando en Tegucigalpa.

¿Por qué Telesur se convirtió en la fuente primaria de información? Sencillamente porque sus corresponsales en el terreno no temieron jugarse la vida para decirle al mundo lo que estaba pasando. Tanto es así que no tardaron en ser víctimas de la persecución de los golpistas, siendo expulsados sus corresponsales allí, junto con sus colegas de Venezolana de Televisión.

Simultáneamente se han destacado las redes alternativas de comunicación ya sea mediante las llamadas telefónicas y correos de los hondureños, como otras no menos importantes como las establecidas por los movimientos sociales a través de la Internet, gracias los sitios web alternativos como los novedosos blogs.

Todos han servido para proveer de información, no solo a las audiencias internacionales, sino incluso al propio público hondureño que está siendo víctima de la peor de las censuras.

La modernidad es inconcebible sin los medios masivos de comunicación. De hecho hace mucho tiempo que los media dejaron de ser meros espectadores del acontecer político de los países para ser cada vez más actores protagónicos.


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