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Noviembre no siempre huele a lluvia, a hojas caídas, a viento que desordena
las ropas y las manda a volar muy lejos. Noviembre, mes de los rojos y
amarillo...
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- Bolivia: La conjura esta marcha
Posted by : Unknown
sábado, 10 de diciembre de 2005
Por István Ojeda Bello
El proceso electoral en Bolivia ya entró en su recta final, pero contrario a los eventos deportivos donde el último tramo suele ser recto y llano, en este caso los días precedentes a los comicios se auguran plagados de obstáculos para el arribo al poder de la izquierda.
El paulatino ascenso del Movimiento Al Socialismo (MAS), y su candidato el indígena Evo Morales, en las preferencias de votos pone cada vez más intranquila a la élite de poder en la nación andino-amazónica.
En septiembre los sondeos indicaban un empate técnico entre Morales y el aspirante de la agrupación derechista Podemos Jorge Tuto Quiroga, con intenciones de votos entre el 22 y el 28 por ciento. Las más recientes encuestas, sin embargo, atribuyen al líder cocalero una intención de voto del 32 por ciento, mientras que Quiroga vio descender sus números del 27 al 22 por ciento. Al tiempo que el empresario cementero Samuel Doria Medina de la Unidad Nacional (UN) cayó al 9,4 por ciento frente al 13, 9 anterior.
Los analistas no dudan que el MAS venza finalmente en las urnas. Su propuesta de cambio, sustentada en el rechazo a las políticas neoliberales y al “libre” comercio; nacionalización e industrialización de los hidrocarburos y la convocatoria a una Asamblea Constituyente que otorgaría una mayor influencia en el Estado a los sectores tradicionalmente marginados. El MAS, por tanto se muestra más coherente frente a las alternativas de la derecha, las cuales se limitan a promesas de “bonos” a sectores puntuales como los jubilados.
“Bajar al MAS”
Desde La Paz la agencia Bolpress, alerta que “Al parecer, la consigna de los partidos rezagados es bajar al MAS del primer lugar de los sondeos recurriendo a todos los argumentos posibles, incluida la guerra sucia”.
Guerra sucia a Evo Morales significa incluso, que el candidato presidencial de Tuto Quiroga arremetiera este fin de semana con nuevos spots propagandísticos cuestionando la vida privada del candidato indígena. "No podemos darlos el lujo de perder nuestros mercados, miles de bolivianos perderían su trabajo si Evo llegara a ser presidente, esto porque se cortarían las relaciones con todos los gobiernos que nos compran", repite Quiroga
A lo anterior se unen los rumores de que la organización popular ejecutaría un golpe de estado si obtuviese un resultado adverso en las urnas. En un comunicado oficial, el MAS fue claro: “El MAS respetará el proceso democrático que va realizando en el país, cualquiera que sea el resultado de las elecciones del próximo 18 de diciembre”.
El proceso electoral en Bolivia ya entró en su recta final, pero contrario a los eventos deportivos donde el último tramo suele ser recto y llano, en este caso los días precedentes a los comicios se auguran plagados de obstáculos para el arribo al poder de la izquierda.
El paulatino ascenso del Movimiento Al Socialismo (MAS), y su candidato el indígena Evo Morales, en las preferencias de votos pone cada vez más intranquila a la élite de poder en la nación andino-amazónica.
En septiembre los sondeos indicaban un empate técnico entre Morales y el aspirante de la agrupación derechista Podemos Jorge Tuto Quiroga, con intenciones de votos entre el 22 y el 28 por ciento. Las más recientes encuestas, sin embargo, atribuyen al líder cocalero una intención de voto del 32 por ciento, mientras que Quiroga vio descender sus números del 27 al 22 por ciento. Al tiempo que el empresario cementero Samuel Doria Medina de la Unidad Nacional (UN) cayó al 9,4 por ciento frente al 13, 9 anterior.
Los analistas no dudan que el MAS venza finalmente en las urnas. Su propuesta de cambio, sustentada en el rechazo a las políticas neoliberales y al “libre” comercio; nacionalización e industrialización de los hidrocarburos y la convocatoria a una Asamblea Constituyente que otorgaría una mayor influencia en el Estado a los sectores tradicionalmente marginados. El MAS, por tanto se muestra más coherente frente a las alternativas de la derecha, las cuales se limitan a promesas de “bonos” a sectores puntuales como los jubilados.
“Bajar al MAS”
Desde La Paz la agencia Bolpress, alerta que “Al parecer, la consigna de los partidos rezagados es bajar al MAS del primer lugar de los sondeos recurriendo a todos los argumentos posibles, incluida la guerra sucia”.
Guerra sucia a Evo Morales significa incluso, que el candidato presidencial de Tuto Quiroga arremetiera este fin de semana con nuevos spots propagandísticos cuestionando la vida privada del candidato indígena. "No podemos darlos el lujo de perder nuestros mercados, miles de bolivianos perderían su trabajo si Evo llegara a ser presidente, esto porque se cortarían las relaciones con todos los gobiernos que nos compran", repite Quiroga
A lo anterior se unen los rumores de que la organización popular ejecutaría un golpe de estado si obtuviese un resultado adverso en las urnas. En un comunicado oficial, el MAS fue claro: “El MAS respetará el proceso democrático que va realizando en el país, cualquiera que sea el resultado de las elecciones del próximo 18 de diciembre”.
“Incursión”
La situación en la nación boliviana se torna explosiva de cara a las elecciones del 18 de diciembre. Aunque el Mas lograra vencer en la primera vuelta, no se produciría una victoria completa. Entonces vendría la lucha en el Congreso donde se espera un domino de la derecha, la cual incluso está dispuesta a promover la secesión de los orientales departamentos de Santa Cruz y Tájira.
Las fuerzas antipopulares no pierden de vista los movimientos militares de Estados Unidos y sus aliados en la zona. Según denunciara el periodista José Steinsleger: “En el altiplano chileno, lindante con el boliviano y ampliando su área de acción hasta las fronteras con Perú, el gobierno de Santiago viene reforzando con artillería pesada y tropas de elite los campamentos militares de Pisiga, Todos Santos, Tambo Quemado y Charaña. Hasta marzo de 2004, el ejército chileno contaba con más de 30 mil hombres en la zona”.
De acuerdo con los planes revelados por Steinsleger, si lo estimara necesario, Washington impulsaría que desde la región occidental (altiplano) las tropas chilenas bajo en manto de la ONU junto a contingentes de militares argentinos y brasileños, ocuparan la región occidental del país. Simultáneamente a la región oriental (Santa Cruz), llegarían los marines estadounidenses. ¿Por qué tan rápido?: sencillo, desde agosto de este año funciona la base militar Mariscal Estigarribia en territorio paraguayo a sólo 200 kilómetros de la frontera con Bolivia, la cual tiene una pista de 3 mil 800 metros de longitud equipada para el aterrizaje de bombarderos y aviones de transporte de gran porte.
La opción militar ya fue legitimada por el aparato político del imperio.. El Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) José Miguel Insulza, aludió a una probable invasión armada a Bolivia si se veía perjudicada la “gobernabilidad”. Insulza invocó el artículo 20 de la Carta Democrática de la OEA y, como siempre trató de aligerar los términos diciendo que: "No hablo de 'intervención'‚ sino de 'incursión'".
Preparados para el día “D”
“De ‘partido’ cocalero pasamos a ser una fuerza nacional, ahora tenemos la gran oportunidad de gobernar nuestro país, de gobernarnos a nosotros mismos”, dijo Evo Morales en un acto ante sus partidarios, expresando la determinación de una clase excluída que ya ha derribado a dos presidentes en dos años y que no está dispuesta a ceder. Sin embargo los desafíos del MAS no son pocos: en primer lugar ganar las elecciones, y en segundo término, garantizar la gobernabilidad.
Como advierte el director del Centro de Estudios Jurídicos e Investigaciones Sociales (CEJIS) de Santa Cruz de la Sierra, Carlos Romero, “quien controle el poder político desde las regiones, con demandas autonómicas en varias de ellas, puede inviabilizar la gestión del gobierno central, especialmente si gana el MAS, implementando una suerte de cerco regionalista sobre el poder central”.
El 18 de diciembre puede que al fin se rompa una especie “empate catastrófico” entre las fuerzas progresistas y conservadoras desde la “guerra del gas”, en octubre de 2003. Ese día no terminarán los obstáculos para la opción revolucionaria boliviana, al contrario podría desatarse toda una reacción en cadena que pondrá a prueba su cohesión y firmeza. La conjura del imperialismo está marcha y debemos estar alertas.