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- Cegueras y desmemorias
A pesar del rotundo éxito de la XIV Cumbre de los No Alineados de La Habana, el gobierno de Estados Unidos continúa mostrando su ceguera crónica sobre la realidad cubana y lo que es peor: una desmemoria terrible.
“Filtraciones”
Para los funcionarios del Departamento de Estado, al parecer, es muy difícil guardar un secreto, o de lo contrario estamos frente a otra de las “filtraciones” planificadas para intimidar a Cuba.
Así la prensa se hizo eco de la existencia de cinco grupos de trabajo interagencias para monitorear a Cuba e implementar las políticas de Estados Unidos. Los anónimos funcionarios estadounidenses dijeron que el State Deparment dirige directamente los grupos de acciones diplomáticas, comunicaciones estratégicas y la tan llevada y traída “promoción democrática”. La “ayuda humanitaria” está a cargo del Departamento de Comercio, dirigido por un personaje cercano al lobby anticubano: Carlos Gutiérrez. El quinto grupo centrado en la migración lo administran conjuntamente el Consejo Nacional de Seguridad (NSC) y el Departamento de Seguridad Territorial (DHS).
Es evidente la conexión entre la formación de este team subversivo contra Cuba y la designación de Patrick Maher, un ex funcionario de la CIA, como Director de Misión en Funciones para Cuba y Venezuela, ocurrida el mes pasado. Ambos hechos probablemente sean la punta del iceberg del capítulo secreto incluido dentro del más reciente informe de la Comisión formada por Washington para, dicen, de una vez acabar con la Revolución Cubana.
Más si sabemos, por ejemplo, que la designación de Maher se produjo antes de enfermedad del presidente cubano, Fidel Castro. Es poco creíble entonces que, como se ha dicho, los cinco mencionados grupos, con su correspondiente burocracia, se hayan formado después del 31 de julio.
Rápidamente el secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez y sus asesores se han preocupado por justificar los millonarios fondos asignados por la Casa Blanca. Otra cosa no puede ser la peregrina idea de planificar un referendo en Cuba a través de Organización de Estados Americanos (OEA).
Salvo sus asalariados en la isla, es muy poco probable que la mayoría de la población cubana preste atención a una propuesta semejante. No solo porque se atrevieron a comparar lo incomparable, la Cuba del 2006 con el referendo en Chile en 1988, sino porque desde el 2002 más de ocho millones de cubanos declararon como irrevocable el sistema socialista mediante un ejercicio sin precedente de democracia.
Complacen a Miami: ¿y después qué?
Tanto los cometidos de los cinco grupos como la ilusa propuesta de referendo se antojan como una manera de complacer a los sectores anticubanos de la Florida. Así lo indican las discrepancias de procedimiento que tales acciones han generado.
De esta manera mientras desde Miami se habla de extender zona de vuelo de los aviones que trasmiten a las subversivas Radio y TV Martí a Cuba, los analistas del Departamento de Defensa no ocultan sus dudas sobre la efectividad gastarse 15 mil dólares diarios en mantener en el aire los aparatos.
Igualmente los militares, quienes han advertido que la isla no es un peligro para la seguridad nacional de EE.UU., señalan la locura que entraña violar las regulaciones internacionales sobre trasmisiones de una manera tan flagrante por aviones del gobierno.
Si en 1996 se pudo tejer la historia de que tras las violaciones del espacio aéreo cubano por las avionetas de Hermanos al Rescate, solo estaba la “iniciativa privada”, un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea no dejaría lugar a dudas sobre las intenciones belicistas de Washington. En medio de la situación claramente desfavorable del Ejército de EE.UU., en Iraq y Afganistán, una escalada semejante sería poco menos que una locura. Eso, sin hablar de la decidida, tenaz y efectiva resistencia del pueblo cubano, a la sazón el factor más temido en el Pentágono.
Hasta el momento ni siquiera en la OEA los padrinos de referendo han encontrado eco. No obstante aún si lo lograran, como siempre obvian no tiene en cuenta el abrumador apoyo de los cubanos a su Revolución