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- Elecciones en Estados Unidos: Se busca bola de cristal
A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, lo único cierto es que no hay nada claro, por más que las encuestas den como favorito al candidato por el Partido Demócrata, Barak Obama.
Lo única realmente indudable es que esta campaña ya es la más cara de la historia, pues de acuerdo con un informe del Center for Responsive Politics (Centro para la Política Responsable) que computó el gasto total de las campañas a la Presidencia y al Congreso, arrojó que las erogaciones ascenderá a una cifra récord de cinco mil 300 millones de dólares, mil millones más que el 2004.
No podía ser de otra forma si solo en el vestuario de la aspirante a vicepresidenta Sara Palin, el equipo de campaña republicano se gastó más de 150 mil dólares.
¿Ocurrirá lo inesperado?
Decenas de analistas de diversa filiación política coinciden en la gigantesca interrogante que flota sobre la posibilidad de que un afroamericano entre en la Oficina Oval, no como funcionario de cierta categoría, sino para sentarse tras el buró.
El aspecto que más juega en su contra, es precisamente el hecho de que Barak Obama, no concuerde con el esquema tradicional de los supuestamente destinados a dirimir los destinos de la superpotencia.
¿Podrán los electores, solos con sus conciencias, lidiar con la posibilidad de elegir a un negro para presidente?. Eso tal vez lo sepamos la semana próxima, o quizás nunca. Porque las dudas se extienden a la arista de la cuestionada fiabilidad de unos comicios de elección indirecta con sistemas diversos de votación y conteo en cada Estado. Todo esto convierte al ejercicio electoral del primer martes de noviembre en un verdadero misterio.
Varias organizaciones de la sociedad civil así como la prensa han alertado sobre la posibilidad de que los votos se pierdan en el entramado de conteos y software de dudosa calidad. Similar panorama de incertidumbre y denuncia de manejos turbios han rodeado el registro de los votantes, proceso no automático sino que exige del interesado poner en riesgo su empleo y está sujeto a todo tipo de triquiñuelas que ya demostraron lo efectivo que pueden resultar para sacar del juego a potencial votantes incómodos para determinados intereses.
Así por ejemplo más de 11 mil votantes de Denver, Colorado, no recibieron las papeletas de votación por correspondencia debido a un “error” de la empresa Sequoia Voting Systems. La empresa debía haber entregado 21 mil papeletas de votación a una instalación de procesamiento de correo el 16 de octubre, pero solamente entregó alrededor de la mitad de las papeletas solicitadas.
En Pensilvania, grupos de defensa de los derechos civiles y de los votantes demandaron al gobierno estadual para exigir que se distribuyan papeletas de emergencia en caso de que el 50 por ciento o más de las máquinas de votación electrónica no funcionen en cualquier circuito electoral del Estado.
En al menos dos condados de Virginia Occidental los votantes que usaron máquinas con pantallas táctiles para ejercer el sufragio dijeron que sus votos al Partido Demócrata habían sido cambiados al Partido Republicano.
¿Cruzar los dedos?
En lo adelante seguirá el río de noticias de disímil origen y variable estridencia sensacionalista. Durante los próximos días probablemente no se hablará de otra cosa en los portales informativos y los noticieros estelares, como si fuera lo única que importara.
Dejo para cuando se hayan proclamando un ganador las especulaciones de cuál será la política hacia Cuba, pues no vale la pena gastar neuronas en predicciones cuando es sabido que la filiación partidista de un presidente de los Estados Unidos no vale mucho para adivinar cuál será su actitud ante la Revolución Cubana.
Demócratas o republicanos se han mostrado igual de duros o realistas de acuerdo con las circunstancia de los vaivenes presiones del ambiente político doméstico.
Mientras tanto pueden que algún conductor estrella de cualquiera de los programa de análisis electoral en el Imperio tenga que solicitar una bola de cristal para saber qué ocurrirá el 4 de noviembre.
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