Cubaizquierda

Sería cuanto menos que superficial decir que solo estuvieron atentos a las resientes elecciones presidenciales en Venezuela, tanto en Las Tunas como el resto de Cuba, únicamente los familiares de los miles de médicos, entrenadores deportivos, y demás profesionales cubanos de disímiles sectores que hoy prestan su colaboración técnica en aquel país. Aunque por obvias razones de economía doméstica ellos deseaban la reelección de Hugo Chávez, circunscribir a eso la atención que este Archipiélago le prestó a los referidos comicios es dejar de lado otras aristas del asunto.

Si porque también permaneció pegada a los televisores en la noche del pasado 7 de octubre la otra parte de la población que no siente de manera directa los innegables beneficios monetarios que suponen las misiones internacionalistas en la patria de Bolívar.

Semejante interés no es casual pues mucho se juega para la Mayor de las Antillas en territorio venezolano dado los estrechos lazos económicos que unen a ambos países. Sin embargo, más allá de las relaciones comerciales bilaterales, mutuamente ventajosas para ambas partes, debe tenerse en cuenta que las revoluciones Cubana y Bolivariana representan una alternativa al modelo capitalista hegemónico, excluyente y depredador del planeta que hoy impera en el continente y el mundo.

El simbolismo de la victoria de Hugo Chávez supera los marcos estrechos de los números fríos en una caja registradora, porque encarna la materialización de un proyecto social autóctono que responde a las aspiraciones del pueblo venezolano y del resto del hemisferio.

Al mismo tiempo el triunfo le coloca de frente a las fuerzas revolucionarias el reto de superar sus propios desaciertos, reflejados de manera sintética por el propio presidente Chávez, quien al referirse a sus propósitos para el próximo sexenio afirmó que este era hacer mucho más eficiente al gobierno bolivariano.

Venezuela es hoy, de cierta manera, un espejo en cual nos miramos para ver lo que significa disponer de comparativamente muchos más recursos materiales y financieros para llevar adelante ambiciosos proyectos de desarrollo social profundizando la participación popular y al mismo tiempo la confirmación de eso no lo es todo.

Cuando este miércoles Chávez fue proclamado oficialmente presidente reelecto con más del 55 por ciento de los votos, los cubanos respiramos con alegría y por qué no, con alivio también, pues los hermanos venezolanos se dieron otra oportunidad de continuar soñando que se puede hacer lo imposible.