36 noviembres para 37
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Noviembre no siempre huele a lluvia, a hojas caídas, a viento que desordena
las ropas y las manda a volar muy lejos. Noviembre, mes de los rojos y
amarillo...
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Posted by : Unknown
sábado, 3 de mayo de 2014
Con peligrosa reiteración estamos asistiendo a la peor de
las respuestas de algunas instituciones cubanas ante los señalamientos críticos
de la prensa. Es, en síntesis, emprenderla con el heraldo si trae un mensaje
poco halagüeño.
El mes pasado Trabajadores, desde su sección Buzón abierto, hacía notar que una comisión investigadora del Consejo de la Administración Provincial de La Habana antes de interesarse por sancionar a los funcionarios implicados, primero le preocupó cómo el periodista del mencionado periódico se había enterado de que se cambió arbitrariamente el orden de cremación entre dos cadáveres en una funeraria capitalina.
Más recientemente la Asociación de Fútbol de Cuba parece
haber respondido en agrios términos a la cobertura hecha por el reportero
Raynol Paz Carmenate del incidente
que involucró a los equipos de Las Tunas y Ciego de Ávila, cuando el primer impidió el cobro de un penal durante un partido realizado en municipio
tunero de Manatí.
Aunque en su reporte
del desafío Paz Carmenate trató, con más o menos acierto, de ponerse a
medio camino y objetar por igual la actitud de los jugadores de Las Tunas y las
claras equivocaciones del árbitro, obviamente la Asociación esperaba otra cosa.
A juzgar por la carta abierta de Paz Carmenate al ente
superior del balompié en este Archipiélago, a la Asociación le preocupó
probablemente más cómo él reportó los
hechos que evaluar en profundidad las deficiencias del campeonato doméstico del
más universal de los deportes.
Curiosamente mientras cada hecho vinculado con el arbitraje
así como de violencia entre jugadores de béisbol fue ventilado públicamente en
los medios nacionales cubanos durante este año, no está pasando lo mismo con sucesos
parecidos que han estado ocurriendo en el certamen de primer nivel del fútbol;
acontecimientos de cuyas implicaciones sí se han ocupado los órganos de prensa locales.
Solo que ahora las nuevas tecnologías están reduciendo las
distancias y periodistas fuera de la capital del país están dando a conocer al
mundo mediante las ediciones digitales de sus medios o por sus blogs, eventos
futbolísticos nada felices como el “acto
de desobediencia” (por decirlo delicadamente) de los jugadores de Las Tunas.
¿Sería ese reflejo más allá de las fronteras del incidente en Manatí lo
que realmente molestó a la Asociación de Cubana de Fútbol? Ahora mismo no es
posible afirmarlo con certeza pues la misma no hizo ningún pronunciamiento
público al respecto; mas la carta abierta de Paz Carmenate indica claramente
que, al menos él, sí recibió algún tipo de misiva nada agradable por parte de
la Asociación.
En el pasado reciente también se supo de la agresión física sufrida por un fotógrafo de Matanzas mientras cubría en Villa Clara el play off semifinal entre los equipos de ambas provincias durante la 53 Serie Nacional deBéisbol. Más tarde Víctor Mesa (manager de los Cocodrilos yumurinos) se
manifestó en términos denigrantes y ofensivos contra la prensa y en particular
contra los estudiantes de Periodismo. Como remate las conferencias de prensa en
la fase del propio torneo, a regañadientes, solo fueron para los ganadores.
¿Qué tienen en común todos los hechos hasta aquí descritos?
Primero que a las instituciones, personas de relevancia
pública e incluso a ciertos aficionados al deporte, no les hace ninguna gracia
escuchar opiniones contrarias o simplemente divergentes.
Es una reacción natural, cierto, pues a nadie (a la prensa
tampoco) le gusta que la critiquen. Pero si no señalamos como negativas la
transformación en acciones de esos pensamientos estaríamos legitimando la negación
del derecho que a todos nos asiste a tener y expresar responsablemente la
opinión. Las críticas pueden molestar, sin embargo la reacción no puede ser querer
matar al mensajero cuando trae malas noticias.
Estuve en ese partido y lo realmente noticioso es la metida de pata del periodista, pues en verdad el arbitro estuvo correcto al declarar penalti. Luego, en un video de un aficionado, se pudo corroborar esto.