A los jueces de la Corte Suprema: Escuchen a los amigos de la justicia

Posted by : Unknown lunes, 25 de mayo de 2009

A fines de junio, tal vez la Corte Suprema de los Estados Unidos se pronuncie sobre si considerará o no la apelación presentada por los abogados que representan a Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y René González. Estos cinco cubanos fueron detenidos en 1998 y condenados dos años después por un tribunal federal de Miami cuando se encontraban en ese país dedicados a la tarea de monitorear las actividades de organizaciones como Alfa 66, Comandos F4, la Fundación Nacional Cubano-Americana y Hermanos al Rescate, las cuales han organizado y ejecutado varios actos de terrorismo contra Cuba.

De acuerdo con las opiniones de los expertos la máxima instancia judicial estadounidense deberá pronunciarse el 22 de junio, si quiere hacerlo en el presente período de sesiones, de lo contrario habrá que esperar a la segunda mitad del año.

Nada desde el punto de vista legal obliga a la Corte a aceptar el sinnúmero de apelaciones que anualmente se le presentan. ¿Qué detalle podría marcar la diferencia con relación al caso de los Cinco?

Opiniones desde la justicia
La solicitud de apelación de Gerardo, Fernando, Ramón, Antonio y René González está acompañada por cantidad inusualmente elevada de amicus curiae. Estos documentos de amigos de la corte corren a cargo de una tercera parte no ligada directamente al caso y que habla a nombre de la justicia. O sea, no se declaran a favor de ninguna de las dos partes, son aliados de la Corte en su propósito de hacer justicia, alertándola sobre determinados aspectos del caso que pueden tener implicaciones más allá del resultado específico, pues impactarían sobre el precedente judicial norteamericano.

Dicho en otras palabras los amicus le advierten al Supremo: si tomas una decisión equivocada aquí, provocarías en el futuro veredictos injustos en otros tribunales que fallarían erróneamente siguiendo tus pasos.

La apelación de Los Cinco es la única, entre las más de dos mil que tienen ante sí los jueces, que se acompaña de 12 amicus por suscritos por 10 Premios Nobel entre los que figuran el presidente de Timor Leste, José Ramos Horta, Adolfo Pérez Esquivel, Rigoberta Menchu, José Saramago, Wole Soyinka, Zhores Alferov, Nadine Gordimer, Günter Grass, Darío Fo y Mairead Maguire; el Senado de México en pleno; la Asamblea Nacional de Panamá; Mary Robinson, presidenta de Irlanda (1992-97) y Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas (1997-2002).

A las personalidades mencionadas se unieron integrantes del Parlamento Europeo, incluyendo dos ex Presidentes y tres actuales vicepresidentes de ese órgano legislativo; así como legisladores de México, la Cámara de los Comunes del Parlamento del Reino Unido, Irlanda, Escocia y Alemania. Otros fueron presentados a nombre de numerosas asociaciones de abogados y de derechos humanos de diferentes países, personalidades internacionales, organizaciones legales y académicas de Estados Unidos.

Los autores de los amicus no son necesariamente partidarios políticos de la Revolución Cubana, sino que se dirigen a la Corte señalándole, por ejemplo, que el juicio contra los cinco cubanos se realizó en medio de un ambiente totalmente viciado políticamente, en el cual los miembros del jurado sabían que un veredicto de inocencia pondría en peligros sus vidas.

Al respecto el ex diputado Osamu Yatabe, portavoz del grupo de abogados nipones que suscribieron uno de los amicus curiae, dijo a la prensa: “Consideramos, en resumen, que los derechos humanos deben ser disfrutados por cada persona de manera igualitaria, más allá de las fronteras nacionales, pues los derechos humanos no tienen fronteras. Sin embargo, a los Cinco se les violó su derecho a un juicio justo, garantizado por la Constitución de EE.UU. Estamos seguros que esta situación debe ser rectificada”.

Yatabe alertó que “todo defendido tiene el derecho a recibir las pruebas necesarias del fiscal, pero a los Cinco no se les enseñaron esas pruebas, con la justificación de que el caso estaba relacionado con la seguridad nacional de EE.UU., lo que les dejó sin oportunidad para defenderse. Su derecho a la defensa fue infringido, lo que viola la Constitución”.

Otros amicus le piden a la Corte que revise la eliminación de afro-norteamericanos del jurado que declaró culpables a los Cinco. El fiscal –señalan- utilizó siete de las nueve veces que tenía derecho a pedir el cambio de algún miembro del jurado, eliminando en la mayor parte de las ocasiones a los negros. Luego la Corte de Apelaciones decidió que no era necesario hacer ninguna investigación sobre los motivos del fiscal para actuar así porque tres de los jurados eran negros, una minoría dentro de un jurado de 12 personas.

Sostienen además que esto les permite a los fiscales enmascarar sus manipulaciones de la composición racial del jurado. Un asunto en lo absoluto superfluo dentro de la jurisprudencia estadounidense pues podría significar que en el futuro los fiscales quedarían con las manos libres para excluir miembros afroamericanos de los jurados.

La apelación de Los Cinco es la única que se hace acompañar de una docena de amicus y como se ve no hay consideraciones de tipo político en sus argumentos, solo advertencias de que un error en este caso lesionaría seriamente el sistema norteamericano de justicia. Se supone que el papel de Corte Suprema sea precisamente proteger la integridad de ese sistema, así que no les vendría a mal a los jueces escuchar a los amigos de la justicia.

¿Quienes enviaron los amicus?