Posted by : Unknown viernes, 9 de abril de 2010

Una y otra vez me enfrento a preguntas sobre asuntos que tengo perfectamente claros pero que mis interlocutores insisten en andar por las ramas aunque digan lo contrario, mientras me reiteran que no es cierto lo que ven mis ojos.



Volví a enfrentarme a esa realidad tras leer un correo que me permito responder de manera abierta, para, de paso, hacer extensiva mi respuesta cuantos compartan similares interpretaciones sobre un realidad que presumen conocer.

Primera afirmación: En Cuba se habló de Dialéctica Marxista durante décadas, lo que en esencia es cambio, desarrollo social etc. ya eso no se menciona porque los cubanos están desesperados por un cambio, cambio político y social.


No sé qué idea tendrá usted sobre la Dialéctica, que me permito recordarle no la definió Marx, sino Hegel, quien de comunista no tenía ni un pelo.

Si en Cuba no hemos llegado más lejos es porque no hemos sido todo lo dialécticos que Marx hubiera querido. La resistencia al cambio, hacia adelante, no es idea de los opositores al gobierno. De de hecho el primer partidario del cambio es el mismo presidente Raúl Castro, solo que cambio no significa destruir.

Segunda afirmación La gente debe tener el derecho a opinar, elegir a su gobierno, votar por un partido u otro y decidir el futuro de su país. Esos derechos existen en el Mundo desarrollado, incluyendo la retrógrada América Latina que vivió durante muchas décadas protagonizando golpes militares y con el tiempo eso ha ido cambiando.

Por esos derechos a decidir nuestro propio destino estamos luchando desde 1868 y, sin pretender dar lecciones de Historia, ni Europa, ni mucho menos Estados Unidos, pueden vanagloriarse de haber hecho mucho para garantizar ese derecho universal a la autodeterminación de los pueblos.


Tal parece como si las dictaduras en América Latina se produjeron por generación espontánea. Me permito acotar que estuvieron allí porque cada vez que los pueblos latinoamericanos se acercaban a decidir el futuro de sus países, las grandes transnacionales se valieron de los ejércitos para coartar esas intensiones.


Así los cuerpos represivos de esta región, por ejemplo, aprendieron de los muy cultos y refinados franceses las más “avanzadas” técnicas de tortura que ya estos habían aplicado con los independentistas argelinos. Todo como parte de los cursos que organizara la Escuela de las Américas instituida por Washington.


Luego, cuando los militares había hecho el trabajo sucio, vino la hora de que los políticos manejaran los hilos de unas democracias tuteladas cuyo propósito principal es evitar, precisamente que los pueblos latinoamericanos ejerzan su derechos a elegir libremente.


En Cuba votamos por las personas, no por los partidos ¿no será eso más democrático? Si la mayoría de los elegidos para parlamentarios son militantes del Partido Comunista es porque son personas con el reconocimiento social suficiente para serlo. Además no hay que ser militante del PCC para aspirar a un cargo a cualquier instancia de gobierno. De hecho opositores al gobierno se autopropusieron en algunas asambleas de nominación de candidatos en estas elecciones municipales. Las razones por las cuales no hayan sido electos como candidatos habría que preguntárselos a sus vecinos, no a los funcionarios del Partido.

Otras afirmaciones: (como son muchas las voy a resumir en palabras muy simples).


Me concentro en el término más abarcador de todos los que emplea. Civilización.

Creo entender que somos un país “incivilizado” por la sencilla razón de que no tenemos el mismo sistema político que otros.


Las grandes culturas precolombinas vivían en armonía con la naturaleza, sin embargo fueron tildadas de incivilizadas por los conquistadores europeos y en consiguiente exterminadas.

En nombre de la civilización fueron traídos a América más de 10 millones de personas a quienes se les obligó a trabajar para engrandecer a las sociedades construidas por los europeos. Todavía estamos esperando al menos una disculpa de la ¿civilizada? Europa por el saqueo de cinco siglos.


Si nuestro sistema va en contra de la civilización, ¿Por qué no condenar también a las monarquías pues en definitiva a los reyes tampoco nadie los elige? ¡Claro! Algunos monarcas están allí porque sus pueblos aprobaron constituciones las cuales legalizan su existencia. ¿Los condenan por eso? Creo que no.


¿Por qué entonces a nosotros? Si también hicimos una constitución para darle legalizad y legitimidad a nuestros sistema.

Le pido que me resuelva estas contradicciones. ¿No será mejor aprender a respetar las decisiones de los pueblos antes de calificarlos como civilizados o no?

Teniendo en cuenta sus palabras, intuyo que la legitimidad de un gobierno se mide por el porcentaje de personas que concurren a las urnas. Entonces Europa y EE.UU no tienen mucho que mostrar. En esas elecciones, incluso en las presidenciales, vota menos del cincuenta por ciento de los electores. ¿Son más democráticos entonces?


Es muy fácil vestir el traje de árbitro que el de jugador. ¿No será mejor abstenerse de emitir opiniones cuando se tiene el tejado de vidrio?.


Podría haber dicho otras muchas cosas pero decidí concentrarme en las interrogantes que consideré más imprescindibles a la hora de que alguien quiera tener un criterio sobre mi país.

PD los correros que recibí de Xavier, especialmente sus diatribas sobre "el paradigma", me obligaron a colocar sus e-mails en la Carpeta de los ENEMIGOS. Y no porque piense diferente que yo, sino porque es incapaz de escuchar parecer diferentes al suyo.

En 280 caracteres...

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