Posted by : Unknown domingo, 11 de julio de 2010

Antes que fueran a pensar que se había quedado sin argumentos Guillermo Fariñas decidió abandonar su huelga de hambre. Probablemente sin llevarse todavía un bocado de alimento a la boca persiste en actitud de franca altanería rallante en la prepotencia al asegurar que si el Gobierno Revolucionario no cumple con el anuncio de liberar al resto de los asalariados del Imperio, retornaría al ayuno voluntario.

O sea que sin haberse recuperado aún de este se abroga el derecho de continuar poniendo condiciones cuando, visto el caso, de no haberse logrado una solución, él habría sido el más perjudicado.
Catapultado al estrellato
Quizás la postura arrogante de Fariñas se origine por su particularísima interpretación de su situación actual. Téngase en cuenta que estamos en presencia, no de alguien a quien se le llevó deliberadamente a tomar decisiones fatales contra su vida, como ocurrió con Orlando Zapata, sino ante un “zorro viejo” en el negocio de la contrarrevolución.

De hecho Fariñas se ha especializado en el arte de magnificar sus huelgas de hambre. En 2006 había logrado cierta notoriedad en las carteleras noticiosas de las cadenas estadounidenses y europeas cuando dejó de comer y beber demandando que se le instalara un acceso directo a Internet desde su casa.

Aunque en ese momento, como ahora, su caso fue artificialmente enaltecido por los grandes circuitos mediáticos internacionales, su reclamo en sí mismo entró rápidamente en crisis pues si todos los que en este mundo carecen de acceso directo a la rede de redes lo imitaran, tendríamos aproximadamente a cinco mil 500 millones de personas en el mundo ayunando también.

No obstante no fue esa la razón que llevó a Fariñas en aquel entonces a terminar su huelga de hambre. Lo hizo tras conocer que su “madrina” Martha Beatriz Roque se gastaba 300 pesos convertibles (CUC) en un día de compras en uno de los más grandes centros comerciales de La Habana, mientras que a él solo le pagaba 25 CUC mensuales. Acabó de decidirse cuando escuchó la grabación de una conversación telefónica entre Beatriz Roque y Silvia Iriondo, una de las figuras más extremistas dentro del espectro político de Miami, y en la cual la primera afirmó: “¡Lo que hace falta es que Fariñas se acabe de morir para poder armar un buen show!”.

Ahora el psicólogo villaclareño fue a por más presentándose como candidato a “mártir” de una causa con una mínima repercusión entre sus compatriotas, por su orfandad de argumentos aunque sí muy rentable ante quienes deciden las partidas financieras para la contrarrevolución cubana.

Si el ayuno de 2005-2006 le reportó a Fariñas dos premios: uno de la organización Reporteros sin Fronteras y otro de la ciudad alemana de Weimar, los aparentes éxitos de la huelga recién concluida podrían ser mucho más productivos para su bolsillo.

De hecho su verdadera victoria, no la logró frente al gobierno cubano, sino entre sus propios colegas pues consiguió un espectacular golpe mediático que eclipsó al resto de las figuras de la autoproclamada oposición.

Nótese que durante todo el ayuno los otrora golden boys que conforman la nómina de Washington dentro de Cuba pasaron al nada halagüeño papel de voceros de este nuevo “héroe de cartón” quien ahora podrá disfrutar, con vida, de los elogios y premios que seguramente en el futuro cercano le otorgarán las numerosas ONG´s de Estados Unidos y Europa cuyo papel legitimador de estos “activistas” está más que descartado.

No obstante estos logros le están nublando el entendimiento pues se ha creído el espejismo de que La Habana cedió mansamente a sus reclamos.

Visto el caso el Gobiernos Revolucionario fue consecuente con las declaraciones del presidente Raúl Castro en abril pasado, cuando dejó bien claro que no cedería a los chantajes y presiones externas.

Cuba se mantuvo fiel a sus principios y mientras se gastaba varios miles de dólares de diarios en mantener con vida a Fariñas sin violentar el principio de respeto a su voluntad de no comer, fue receptiva a interlocutores internos como la Iglesia Católica, interesada en encontrar una solución a esta historia.

Además quienes están saliendo ahora de prisión puede que tengan asegurado un lugar en las nóminas de la USAID o la NED, pero ante los ojos de la opinión pública nacional están muy lejos de parecer una “desinteresada” e “independiente” oposición. Todos fueron legítimamente procesados en los tribunales cubanos, quedando al descubierto su complicidad con una potencia extranjera.

Quizás tengan sus 15 minutos de fama en la prensa extranjera y con buena suerte consigan hacerse de un lugar dentro del universo contrarrevolucionario cubano radicado fuera del país; pero cuando pasen unos meses regresaran a la oscuridad del olvida fruto de su nulo peso político dentro de Cuba.

Quienes decidan salir del país podrían salir mucho peor pues en el exterior las parcelas que garantizan el suministro de los fondos para la subversión ya están repartidas, quedándole solo el lugar de actores de reparto con el único recurso de apelar constantemente a sus “glorias” pasadas. Los más afortunados conseguirán un empleo como “cubanólogos” en alguno de los tanques pensantes europeos y norteamericanos.

Por eso la actitud de Fariñas de continuar arrogándose el derecho establecer ultimátums, amenazando con retomar la huelga de hambre, da por sentado que se repetirán los acontecimientos de los últimos meses, algo de lo cual no tiene absolutamente ninguna garantía.

Bien la vendría un poco de mesura pues la decisión de Cuba de poner en libertad a estas 52 personas da fe de su buena voluntad, lo cual no es sinónimo de concesiones. Cabría entonces preguntarle a Fariñas si ya terminó con la huelga… ¿Cuándo la hará con la prepotencia?.

One Response so far.

  1. Excelente entrada amigo, muy clara. Para poder entender desde aquí, desde Argentina, en forma cabal y completa qué es lo que está sucediendo en nuestra querida Isla.

En 280 caracteres...

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