Posted by : Unknown viernes, 3 de septiembre de 2010

“Con Fidel Castro nunca se sabe” se preguntaba cierto medio de comunicación al servicio de Imperio tratando de entender las intensiones de la intensa actividad política de líder histórico de la Revolución Cubana.

En la última semana Fidel regresó al Acuario Nacional acompañado de dos norteamericanos y este viernes se dirigió a los estudiantes cubanos desde la emblemática escalinata de la Universidad de La Habana.

Su argumento es simple pero contundente: si se aprieta el gatillo de la guerra en el Golfo Pérsico, todo el planeta puede verse afectado y con mucho más que una subida exorbitante de los precios del petróleo.

La intención del líder cubano de hacerse escuchar es evidente, no solo por sus reiteradas apariciones en público, sino también por los interlocutores escogidos. Sus contactos han trascendido el ámbito nacional. Así lo confirman sus encuentros con el presidente venezolano Hugo Chávez, la senadora colombiana Piedad Córdova y el investigador Daniel Estulin.
Pero Fidel no se detuvo ahí, él sabe que no basta con los mensajes públicos, por eso se reunió con dos personalidades de espacio político estadounidense el periodista norteamericano Jeffrey Goldberg y la académica Julia Sweig. El primero de clara tendencia proisraelí escribe para la revista The Atlantic y hace poco publicó un artículo sobre la posibilidad de que Tel Aviv inicie unilateralmente las hostilidades contra Teherán para forzar a la Casa Blanca a actuar.
Por su parte Julia Sweig, es especialista del Consejo para las Relaciones Exteriores (CFR en inglés), uno de los Tanques Pensantes o “tink tanks” más importantes de EE.UU y además fuertemente conectado con los integrantes del Club Bilderberg el cual maneja los principales hilos del poder global.
Este mes de septiembre podría ser definitorio pues a partir de día 9 los buques iraníes podrían ser detenidos en alta mar por la armada estadounidense para cumplir las sanciones que sobre Teherán impuso el Consejo de Seguridad, de ahí la premura de Fidel.
Al mismo tiempo en su mensaje desde la Universidad de La Habana, Fidel dejó claro que su atención está por completo en los asuntos de alcance global. Eso podría explicar no solo que ya no se le vea portando sus grados de Comandante en Jefe, sino también la mención, por primera vez en los medios nacionales, del nombre de su esposa, Dalia Soto del Valle.
Por eso no hacen falta inútiles comparaciones shakesperianas, solo hay que escuchar sin segundas intensiones o lecturas las palabras de Fidel.

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