Posted by : Unknown viernes, 26 de noviembre de 2010

Como si se negara a permanecer quieta la península coreana insiste en mantenerse en permanente estado de alarma. El año 2010  está punto de concluir y a 50 años de la Guerra de Corea esa parte del mundo continúa siendo  una de las zonas más inestables del mundo y no precisamente porque esté sobre una falla tectónica.


Disparos artilleros… y de noticias
Tras el hundimiento de la corbeta surcoreana Cheonan el 26 de marzo pasadp el nivel de tensión apenas se ha relajando en algunos momentos. Como en todo conflicto el enfrentamiento se ha desarrollado quizás con más intensidad en los escenarios mediáticos que en el propio teatro de operaciones.
Mientras  Corea del Sur insiste en acusar a Corea Democrática de ser la responsable del hundimiento de la embarcación, varios indicios y no únicamente el desmentido de Pyongyang, señalan a Seúl y su principal aliado: Estados Unidos, como los responsables. Recordando una vieja lección de las novelas policíacas que siempre aconsejan averiguar a quien conviene el crimen antes de hacer acusaciones, tras cada nuevo incidente en la frontera intercoreana bien vale detenerse a reflexionar ¿a quién realmente conviene que las tensiones no se relajen?.
Bajo este precepto tiene muy poco sentido pensar que a la República Popular Democrática de Corea, le interese la guerra, toda vez que el país tiene todavía mucho por recorrer en materia de desarrollo económico y esta es una dirección de trabajo en la que, según testimonian quienes han estado allí, trabaja intensamente el pueblo norcoreano.
Asimismo es profundamente sospechoso que, a pocos días de que en la misma frontera se reencontraran familias de ambos lados tras décadas de separación, en un hecho que pareció abonar el camino de la reunificación pacífica, venga a ocurrir el intercambio de disparos artilleros sobre la isla de Yeonpyeong.
 De nuevo tanto EE.UU como la Unión Europea acusan a la RPDC de haber disparado primero. Sin embargo ese mismo día Corea del Sur reconoció que estaba realizando ejercicios militares regulares y ensayos balísticos en la isla de Yeonpyeong antes del bombardeo norcoreano, frente a la costa oeste,  antes de que Corea del Norte comenzara a disparar decenas de proyectiles.
No se olvide tampoco que tras el hundimiento del Cheonan Seúl y Washington llevaron a cabo amenazantes maniobras navales en el Mar Amarillo, un movimiento que no solo fue mal visto en la parte septentrional de la Península; también China se sintió amenazada, al punto que contestó con sus propios ejercicios bélicos.
De hecho a quienes sí parece venirles como  anillo al dedo que el peligro de guerra allí permanezca latente es a los halcones del Pentágono y a los círculos más conservadores dentro del stablishment estadounidense. Por un lado garantizan que los presupuestos militares permanezcan intocables, al tiempo que obligan a una administración demócrata a mal hacer el papel de “duro” socavando sus propias bases, generalmente ubicadas en círculos liberales no muy simpatizantes de las aventuras bélicas de fin incierto.
Adicionalmente parecen estar teniendo éxito en mantener a Corea del Norte   desviando importantes recursos económicos a la defensa, manteniéndola en un estado de tensión que podría conducirla a respuestas desproporcionadas que conducirían a lo peor.  Esperemos, no obstante, que prevalezca la cordura y Pyongyang no muerda la manzana envenenada de la provocación.    

One Response so far.

  1. Wangbu says:

    Hola! Usted tiene un maravilloso blog! Estoy feliz de visita aquí!

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