Posted by : Unknown sábado, 2 de julio de 2011

Los días siguientes a la enfermedad del presidente venezolano Hugo Chávez hicieron, de nuevo, mucha más nítida la realidad de que la información y los medios de comunicación no son un frente menor en la aguda lucha política que rodea a la Revolución Bolivariana.

Desde luego el carisma y la importancia de mandatario para la suerte y rumbo del actual proceso de cambio en Venezuela son lo suficientemente grandes como para generar la atención tanto de amigos como de sus enemigos.

En el centro del debate está la mayor o menor pericia con que se maneje las informaciones el estado de salud de Chávez, dependiendo, desde luego, de los intereses subyacentes que las mueven.

Tanto la oposición venezolana como sus aliados externos clamaron desde el primer momento por “partes médicos diarios” sobre la evolución del presidente. Luego quedó claro que tras esa exigencia no había la decencia de quien respeta la vida del adversario, sino el siniestro propósito de socavar la autoridad del ejecutivo, cuestionando su capacidad para ejercer el mando del país; espacialmente mientras dure su convalecencia.

Asimismo durante todo el fin de semana pasado, fue intenso el ir y venir de rumores sobre qué estaba ocurriendo con la salud de Chávez. En una especie de fuego informativo de exploración, quizás mezclado con algún que otro informe obtenido de fuentes muy cercanas al Palacio de Miraflores.

Así la prensa transnacional empleó palabras tan fuertes como “cáncer” o citó a funcionarios del Departamento de Estado de los EE.UU. que afirmaron que el líder bolivariano tenía “algo serio” que iba mucho más allá del absceso pélvico que se le diagnosticara inicialmente.

Más tarde el propio Chávez en su mensaje pareció confirmar parte de los rumores, lo cual lógicamente está siendo aprovechado por la reacción internacional para anotarse un punto de credibilidad.

El lado revolucionario ha echado pie en tierra con la cautela y la mesura a la hora de emitir cualquier informe sobre el estado de salud del presidente. Por supuesto que el centro de su estrategia ha estado, lógicamente, en probar la lucidez y competencia de Chávez para ejercer su cargo. Al parecer con la premisa de no hacer juicios apresurados sino presentar hechos concreto que permitan obtener juicios certeros. Eso podría explicar por qué esperaron la evolución de la segunda intervención quirúrgica.

Aunque primero Chávez dialogó telefónicamente con la cadena multinacional Telesur, para luego aparecer visiblemente repuesto junto al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, donde planos leyendo la prensa del día probaron que se trataba de imágenes bien frescas de ambos.

Esta misma semana el propio Chávez se dirigió a su pueblo y a la opinión pública internacional para explicar los acontecimientos relacionados con las dos intervenciones quirúrgicas a las que fue sometido. Al día siguiente charló telefónicamente con el moderador del Programa Mesa Redonda de la Televisión Cubana, para dar más detalles al respecto y reafirmar su seguridad en  su recuperación. “Esta enfermedad nadie la esperaba, pero sobreponiéndonos como nos estamos sobreponiendo, viviendo como seguiremos viviendo, esto nos va a fortalecer” , dijo.

No obstante es previsible que esta guerra informativa no cesará, al menos por el momento pues los sectores interesados en revertir la Revolución Venezolana no escatimarán esfuerzos para explotar a su favor el tema de la salud del presidente Chávez y la manera en que se informa sobre esta.

Por lo pronto la recuperación física del estadista sudamericano es claramente irreversible. De ahí que la calma y la confianza parecen ser las mejores armas para lidiar con tanta maldad pues el mismo líder bolivariano está siendo muy enfático en que, no escatimará esfuerzos en recuperarse completamente.

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