Posted by : Unknown domingo, 11 de septiembre de 2011

Gracias a mi buen amigo Luis Enrique Perdomo, me reencontré con este artículo que empecé a escribir para nuestro querido UniversitariO Digital, hace justamente 10 años, cuando todavía el polvo de las Torres Gemelas enrarecía el aire de Nueva York. . Por desgracia los acontecimientos que vinieron después confirmaron muchos de mis temores. Aquella noche salió de mis manos esto...

Parecía cosa de película. Desde los tiempos de la fantasmagórica invasión marciana, los Estados Unidos de América no habían vivido tal grado de incertidumbre, por no decir pánico. Pero el inmenso hoyo abierto entre los rascacielos de Wall Street, y el Pentágono cortado como un pastel corriente no dejaban lugar a dudas.


Ocurrió entonces lo nunca antes visto: cadenas de televisión dedicadas exclusivamente a los deportes variaron su programación de improviso; de todas las emisoras radiales del país desaparecieron como por arte de magia los anuncios comerciales y la música; todo, para dar paso a las espeluznantes imágenes e informaciones sobre los atentados.


Con los días las cosas han cambiado, pues en los titulares de la gran prensa internacional una palabra se hace recurrente: GUERRA y las personas comienzan a preguntarse hasta donde se va a llegar en esta "cruzada antiterrorista" como la ha llamado el presidente norteamericano George W. Bush.


Declaraciones cada vez más amenazadoras se suceden, al tiempo que se propagan por toda la nación americana, los más bajos sentimientos de venganza y un nacionalismo ciego, convertido casi ya en un patrioterismo con aires de xenofobia, dirigido especialmente contra los árabes.


Es este el momento en que nuestro vecino del Norte parece abocado a una campaña de impredecibles consecuencias, pero que además aprovecha para consolidar su hegemonía global, dado que en las mentes de la administración yanqui el planeta se ha dividido entre amigos y enemigos. Por lo que no resultaría descabellado afirmar que derechos como la privacidad telefónica tienen sus días contados y que a partir de ahora se podrá, en nombre de la lucha contra el terrorismo, espiar o incluso asesinar a cualquiera sin importar el país o el soporte legal de la operación.


Desgraciadamente la Historia ha demostrado que nunca los EEUU han sido muy justos en eso de delimitar responsabilidades o escoger los culpables, los excesos son palpables y han llevado, por ejemplo, a que una joya de la canción universal como "Imagine" de John Lennon halla sido excluida junto a otras 149 canciones de las emisoras del país por considerarla "inapropiada para estos momentos".


Preocupación es el sentir de las mentes claras que aún quedan, por lo que todavía hay esperanzas. Esperemos que el futuro traiga más que eso por el bien de la Tierra.

En 280 caracteres...

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