Cubaizquierda

Cuando el asenso del ahora Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) fue un hecho incontestable uno de los primeros analistas del Pentágono advirtió el “amplio uso” que hacia este Ejército extremista de las redes sociales y las nuevas tecnologías como si se tratara de una contradicción cuando salta a la vista que ha aprendido rápidamente las estrategias contemporáneas de control de la información. Así las cosas, la política mediática del Daesh (dicho en árabe) indica con claridad lo complicado que continuará siendo obtener información objetiva desde esa zona del Oriente Medio. 
Desde Deir ez Zor, una ciudad en el noreste de Siria, llegan noticias de las reglas que el ISIS impone a los profesionales de la información presentes en zonas bajo su control. La urbe estuvo ocupada por los rebeldes que desde 2011 y fuertemente apoyados de Occidente tratan de derrocar al gobierno de Bashar al-Assad.

Amer periodista allí cuenta que tras reunirlos a todos se les aclaró en primer lugar que debían jurar fidelidad al autotitulado califa Abu Bakr al-Baghdadi. Su trabajo estaría bajo constante supervisión de los funcionarios del ISIS y, si bien podrán sostener contactos con las agencias de prensa extranjeras, el acceso los canales extranjeros estaban prohibido particularmente con Al-Arabiya y Al Jazeera.

Aunque podrán mantener sus perfiles en las redes sociales, blogs y otros espacios de socialización en la red cualquier violación de las reglas en cuanto a publicación de fotos no autorizadas o el acceso a lugares restringidos sería penalizado con crudeza.

Amer fuertemente crítico del gobierno de al-Assad opinó que “sin embargo, en el caso de ISIS, los activistas son considerados infieles y sentenciados a la muerte, la crucifixión y más, simplemente por oponerse a las políticas del ISIS Los cargos en mi contra están listos. Para empeorar el asunto han amenazado con arrestar a mis familiares”.

Si tras el estallido de la guerra civil en Siria se fue notando el secuestro de la realidad por parte de las ONG`s fuertemente financiadas desde exterior, la irrupción del Estado Islámico solo ha venido a empeorar las cosas.

El fundamentalismo también se está cobrando la verdad, una más de las razones que debieron pensar sus instigadores en Washington y las monarquías del Golfo e Israel cuando les eran útiles para desestabilizar a los gobiernos nacionalistas de la región. Ahora ya está haciéndose demasiado tarde.