36 noviembres para 37
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Noviembre no siempre huele a lluvia, a hojas caídas, a viento que desordena
las ropas y las manda a volar muy lejos. Noviembre, mes de los rojos y
amarillo...
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Posted by : Unknown
lunes, 23 de marzo de 2015
Por
segunda vez OnCuba ha tocado en
sus páginas el sensibilísmo tema de la colaboración médica cubana. Ahora, yendo
en profundidad sobre el conflicto que, afirman, sigue agravándose entre los
colaboradores de la salud de Cuba que laboran en Brasil y su Ministerio en
torno a la permanencia o no en suelo brasileño de los familiares de aquellos.
Obviamente
el mencionado medio de comunicación tiene entre sus prioridades qué ocurre con
los profesionales de la atención médica de este país que ahora mismo laboran
fuera de fronteras. Una prioridad que, venido el caso, no lo diferencia del
resto del concierto mediático doméstico aunque haya quien crea lo contrario.
Inquirir sobre sus motivaciones para hacerlo sería el camino más fácil y,
quizás, hasta políticamente correcto dirían, sin embargo nos apartaría de las esencias más
importantes. Lo sería también emplear todas las energías en averiguar quiénes filtraron
la información a OnCuba, algo que podría
tener algún sentido pues obviamente había un acuerdo de confidencialidad, pero
sería, de nuevo, quedarse en la superficie.
A todas
luces la revista ha presentado pruebas contundentes mediante documentos, y
testimonios que bajo condición de anonimato prestaron varios médicos. Es el
resultado de una investigación
acuciosa, bien fundamentada y sobre la cual prometen continuar.
Curiosamente
el Ministerio de Salud de Cuba desde enero pasado tuvo la oportunidad de salir,
al menos, a hacer "control de daños". En ese entonces bajo el titular
Cuba exige retorno
de familiares de médicos cubanos en Brasil, OnCuba había dado cuenta de la situación creada, asegurando que “El
Ministerio de Salud Pública de Cuba habría lanzado un ultimátum a los médicos
que trabajan en Brasil, para que sus familiares acompañantes regresen a la isla
antes del próximo domingo o de lo contrario los galenos serán expulsados de la
misión.”
Si dos meses
atrás podíamos suponer que se trataba de un asunto menor; en este momento ya no
lo es pues obviamente los afectados no encontraron otra salida que ventilar
públicamente su situación.
Pero ni
entonces ni ahora el MINSAP ha dicho una palabra, y eso, francamente no ayuda porque
el silencio les da la razón a quienes le critican lo que parece ser una disonancia
entre sus disposiciones internas y las leyes migratorias del país. No responder
agudiza el conflicto y el malestar.
Que la
controversia no se esté ventilando en los soportes tradicionales de los medios
de comunicación del país no significa que la opinión pública no se entere.
Recordemos, una vez más, que quedaron atrás definitivamente la omnipotencia de
la televisión, la radio y la prensa escrita clásicas sobre los públicos en este
Archipiélago y no sería descabellado suponer que el caso se esté comentando en
segmentos más o menos grandes de las audiencias cubanas.
Así las
cosas no darse por enterado no parece una respuesta inteligente a un problema
que está poniendo en entredicho una de las expresiones más importantes de la
política exterior de la Revolución: la colaboración médica en el extranjero.
A falta de
otra explicación no queda menos que pensar que se ha vuelta chocar con la
piedra de pretender mantener bajo control a los profesionales más calificados
de la peor de las maneras: a la fuerza.
Si
pretendemos avanzar hacia una nación que aproveche la calificación de su
capital humano haciéndola una fuente de ingresos digna de orgullo, profesionales
que, como en este caso, tienen lazos fuertes con su país de origen; entonces
mejorar sus condiciones de vida durante sus períodos de trabajo fuera de
fronteras no los alejará de su patria, todo lo contrario.
Un
colega decía
refiriéndose a algo tan cubano y reflejo de nuestro país como el béisbol, que
ese deporte exigía “prosperidad y
desenvolvimiento, en lugar de razones para la tirantez”, quizás la colaboración
médica también lo necesite.
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