Súplica
-
Frente al mar, suplicando salud para los suyos y los no tan suyos. Por los
que no aparecen en penumbras llevados por el aluvión intempestivos, por las
alma...
- Back to Home »
- Baby Lores , Cuba , Ernst Bloch , esperanza , prosperidad , reguetón »
- Baby Lores no es un imbécil
Posted by : Unknown
martes, 17 de noviembre de 2015
(foto OnCuba) |
Podremos decirle cualquier cosa a Baby Lores menos imbécil, si lo fuera todo sería más sencillo.
En una
entrevista a OnCuba acaba de equipararse a Nicolás Guillén.
“Él declamaba, y eso le llegaba a la gente. Es lo mismo que nosotros hacemos.
¿Cómo? Ya no tan poéticamente. Pero expresamos las cosas que nos pasan en la
calle, lo que vivimos en la discoteca, los sueños que buscamos. Decimos lo que
piensa un pueblo. Porque nosotros no estamos inventando historias. Estamos
contando historias”, dijo.
Sobrevino el escándalo porque la obra del Poeta Nacional de
Cuba se ubica entre lo cuasi intocable de lo definido como la genuina cultura
cubana.
En la contemporaneidad vemos a manifestaciones artísticas
como la poesía de Guillén, la música de Benny Moré o la trova tradicional,
dentro del templo sagrado de la cubanía, olvidando que en la época de su
surgimiento los analistas más puristas las consideraban proporcionalmente tan
marginales como lo sería hoy el reguetón cubano, si es que este existe.
Con suerte, el reguetón no llegará a tanto, pero expresa a
esas culturas diferentes que conviven en el país, a esas maneras de decir, de
comportarse o de pensar consideradas marginales que, quiéranlo algunos o no,
existen. Lo habremos olvidado, pero ahora se ataca al reguetón en los mismos
términos con los cuales se defenestraba a la “timba” o “salsa” en los años 90,
la misma que pide ayuda frente al aluvión de tanto dem bow.
Discusiones musicológicas aparte, Baby Lores es un tipo que creer
saber lo que quiere y eso es lo más escalofriante. Él quiere una Cuba donde
prime el tener sobre el ser. Él se “rebela”, exhibiendo su riqueza y poderío
monetario. “El poder salir de la pobreza con nuestro reguetón, –dice- y darle a
la gente la esperanza de que nosotros, a base de talento, pudimos hacerlo,
demuestra que sí se puede. Esa es una manera de protestar. Nosotros (los
reguetoneros) no estamos vendiendo droga. Ni haciendo contrarrevolución. Ni
traficando personas. Estamos haciendo arte, a nuestra forma”.
Mi profesor de filosofía me lo explicaba de una manera muy
sencilla: el capitalismo no tiene éxito volviendo ricas a las mayorías sino
haciéndoles creer que podrán vivir como los millonarios, que tendrán una
limosina o una cadena de 15 mil dólares si “aprovechan” las oportunidades,
cuando la acumulación de unos pocos solo es posible sobre la exclusión de miles
y hasta millones.
“La vida de todos los hombres -dijo una
vez Ernst Bloch- se halla cruzada por sueños soñados
despierto; una parte de ellos es simplemente una fuga banal, también enervante,
también presa para impostores, pero otra parte incita, no permite conformarse
con lo malo existente, es decir, no permite la renuncia. Esta otra parte tiene
en su núcleo la esperanza y es trasmisible. Puede ser extraída del desvaído
soñar despierto y de su taimado abuso, es activable sin vislumbres engañosos.
No hay hombre que viva sin soñar despierto; de lo que se trata es conocer cada
vez más estos sueños, a fin de mantenerlos así dirigidos a su diana
eficazmente, certeramente”. El joven reguetonero ha hecho pública su
personalísima noción del éxito, del emprendimiento… de una esperanza perversa y
excluyente por antonomasia. No se trata entonces de matarle los sueños a la
gente o negarle el derecho a tener esperanzas, sino que Baby Lores es la
superficie de algo muy más pernicioso.
Es, diría Bloch, el pretender dejarle a miles de personas el
consuelo de amontonar las escorias humanas y materiales, pasadas o presentes,
para trepar sobre ellas, aplastarlas y alcanzar lo que pende más allá, aunque
objetivamente nunca todos podrán.
¿Envidia? Tampoco. Su manera de asumir el éxito personal exhorta
a sus semejantes a soportar más o menos iluminadamente su actual desahucio,
real o ficticio. “Confortados por la contemplación del plano de la parcelita y
el chalet que tienen en la urbanización por venir”, según palabras del filósofo
alemán.
La voz de Lores no parece ser aislada. Es la más estridente
de un grupo mayor o menor dentro de la sociedad cubana actual, obviamente mucho
más allá de sus colegas, que alardea bendecido por alguna prensa. Ellos sueñan ¡y
están obrando! su propio proyecto de país desde una idea torcida de la
prosperidad sustentada en el apetito inmoderado por el poder y el culto al
triunfo a costa de la bondad y la justicia.
Lo más sensato sería preguntarse cuántos más lo acompañan en
esos pensamientos. Sin hacer cacerías de brujas sino para comprender las condiciones
objetivas que dan legitimidad a sus palabras.
Publicar un comentario