Súplica
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Frente al mar, suplicando salud para los suyos y los no tan suyos. Por los
que no aparecen en penumbras llevados por el aluvión intempestivos, por las
alma...
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- Constituyente en Venezuela: ¿Escape hacia adelante?
Posted by : Unknown
martes, 9 de mayo de 2017
De plano suena a pretender cambiar las reglas del juego
cuando se está por debajo en el marcador. Seguramente esa será una de las
críticas que se escuche sobre la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente
hecha por el presidente de Venezuela Nicolás Maduro. La decisión, polémica sin
duda, implica tantos peligros como retos para un proceso de cambio inédito en
Sudamérica. Pero antes de suscribir cualquier objeción es preciso colocarla en
su adecuada perspectiva.
Finalmente la máxima dirección de la Revolución Bolivariana ha
comprendido que la oposición, o llamémosla por su nombre: contrarrevolución, nunca
estuvo interesada en la negociación seria. En resumidas cuentas cada una de sus
tentativas de aceptar los ofrecimientos de diálogo del gobierno, no había sido otra
cosa sino tácticas dilatorias de las cuales se valió solo cuando se sintió en
desventaja.
Por eso si en un momento inicial era adecuado insistir en la
ruta del diálogo, continuar sería más síntoma de debilidad porque ahora mismo son
los sectores más duros de la reacción quienes parecen predominar en el otro
lado y a esos nunca les ha interesado conversar. Demasiado sabido es que nadie
en política va a la mesa de
negociaciones por voluntad propia, sino cuando ha aceptado su incapacidad de alcanzar
sus objetivos por otros medios. Ahora mismo la oligarquía venezolana siente que
las condiciones obran a su favor y está haciendo lo que mejor se le da: la
violencia y la guerra económica hacia el interior; y en el exterior maniobrando
en pos del aislamiento diplomático del gobierno.
Otro callejón sin salida es la situación de la Asamblea Nacional
en manos de los enemigos del proceso bolivariano que, admitámoslo, a falta de
conseguir revertir las conquistas sociales del chavismo está siendo exitosa en su
propósito primario: entorpecer el normal desempeño del Estado.
En semejante escenario no parecía muy inteligente esperar a
los próximos comicios regionales, sino optar por la ofensiva. Rápidamente quedó
claro que el propósito no es rehacer completamente la Carta Magna del país, una
de las más avanzadas y mejor pensadas del mundo, sino como aclaró el propio
Maduro, agregarle nuevos mecanismos que le permitan continuar siendo el mejor
baluarte de los progresos sociales y económicos alcanzados hasta ahora.
Con esa información es posible intuir que no estaríamos ante
una huida hacia delante de la Revolución Bolivariana, sino frente a la
inaplazable y sustancial acción yendo por un camino no explorado que le permita
en primer lugar, blindar los pilares fundamentales del proceso: las misiones sociales,
y en segundo lugar, llevar el protagonismo de la lucha allí donde realmente se
deciden la mayoría de los procesos: en la base, desde el poder popular.
Sí, porque según adelantó el mandatario sudamericano, esta
será una Constituyente novedosa, pues colocará en primer lugar la elección de
sus integrantes, no desde los engranajes de los partidos políticos, sino desde las
organizaciones sociales y comunales. Esto en teoría le confiere ventaja frente
a la derecha más acostumbrada a los manejos electorales tradicionales.
La anunciada postura de la contrarrevolución de
autoexcluirse de la partida en estas nuevas reglas, le confiere puntos a favor
al chavismo, sin siquiera haber comenzado todavía, pues recuérdese que sus
enemigos insistieron más de una vez en la demanda de una Constituyente en la creencia
de que sería el modo de restaurar la Cuarta República. Sin embargo, esta no es
la Constituyente que ellos esperaban y, nadie lo dude, la boicotearán con todas
sus fuerzas.
Semejante actitud obraría a favor de la Revolución
Bolivariana en la medida que descalifique a sus contrarios, dejando al desnudo
sus prácticas violentas. Sin embargo, cambiar las reglas de juego, no es por sí
misma garantía de éxito. Es apenas un paso que lleva la lucha política por sendas
nuevas para ambas partes.
La Constituyente, sí, se pinta sola como la anhelada oportunidad
de trasladar al proceso venezolano a un escalón superior y cambiar, por fin, la
base económica del país y encarrilar al sistema político hacia más poder
popular. Pero esa victoria no llegará por voluntad del presidente Maduro, sino
con la solidaridad y el respaldo de todas las fuerzas de izquierda, más allá de
las fronteras de la nación y, por encima de todo con el concurso de las masas
chavistas quienes deberán proseguir aprendiendo
a buscar ellas mismas las soluciones.
(Publicado originalmente en Cuatro F)
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