Mafia anticubana: Poniendo el parche…

Posted by : Unknown miércoles, 25 de agosto de 2010

La tímida alusión a una eventual flexibilización en las restricciones de los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba despierta las peores reacciones entre los círculos más recalcitrantes de la derecha cubanoamericana. Esta vez no fue diferente tras la sospechosa y muy conveniente para ellos, filtración de que la administración Obama estaría considerando tomar medidas para relajar las actuales prohibición para que sus nacionales viajes a la Mayor de las Antillas.

A mediados de agosto fuentes anónimas en el Departamento de Estado, declararon a los medios que “estudiamos los medios de reforzar los contactos entre nuestros pueblos. Ciertas medidas serán anunciadas próximamente”.
Dichas revelaciones confirmaron los persistentes rumores que corrían en Washington sobre las intensiones de la Casa Blanca de permitir más viajes de estadounidenses a Cuba por razones académicas, culturales o deportivas, ampliando los plazos para las estancias, la cantidad de ciudades desde las cuales se puede volar hacia el Archipiélago; así como concediendo licencias generales que extenderían las posibilidades de los norteamericanos de hacer valer sus derechos constitucionales más allá de actuales categorías bajo las cuales puedes pisar tierra cubana: reunificación familiar, periodismo, educación, actividades religiosas y humanitarias.
Sin embargo las filtraciones ponen en duda las verdaderas motivaciones de la administración Obama pues casi inmediatamente a que a los referidos funcionarios se les “soltara la lengua” los legisladores anticubanos se pronunciaron en los peores términos sobre la posibilidad de algún tipo de flexibilización en el esquema de asedio económico contra Cuba.
Apelando a los más tradicionales reflejos políticos, Ileana Ros-Lehtine, Lincoln y Mario Díaz-Balart (republicanos del sur de la Florida), junto a sus colegas demócratas el representante Albio Sires y el senador Robert Menéndez advirtieron en una carta colectiva al Presidente que “estamos profundamente preocupados de que estos cambios pudieran resultar en beneficios económicos para el régimen cubano, y minar significativamente los objetivos de la política extranjera y la seguridad de Estados Unidos”.
Implícitamente los rostros de la derecha cubanoamericana en el Congreso, estarían diciéndole a Obama que tocar, aunque fuera con el pétalo de una flor, el bloqueo a Cuba perjudicaría a su gobierno y en particular al Partido Demócrata de cara a las elecciones legislativas de este año. Téngase en cuenta que entre los firmantes hay congresistas de ambos partidos.
De ahí que muchos analistas consideren que el Ejecutivo esperaría hasta después de los comicios de medio término para decidirse. Algo que podría o no ser cierto pues, de confirmarse las predicciones de un retroceso demócrata en la correlación de fuerzas dentro del Congreso, se reduciría aún más su margen de maniobra.
Asimismo está por ver si Obama está dispuesto a darle una solución mutuamente ventajosa al caso de Allan Gross, un contratista de la USAID, detenido en La Habana el 3 de diciembre de 2009 mientras distribuía computadores portátiles, teléfonos móviles entre los grupos contrarrevolucionarios internos.
Si finalmente ocurren, antes o no de noviembre, la eliminación de ciertas restricciones de los viajes de estadounidenses a Cuba, el Presidente simplemente estaría cumpliendo con su perfil de mantener el bloqueo como mecanismo de presión sobre el gobierno cubano, manteniendo su imagen de “promotor de la democracia” hacia el interior del país. Al mismo tiempo continuaría enmarcado dentro del perfil liberal-imperialista que le sugirieron varios “tanques pensantes” del patio tras su arribo a la Casa Blanca.
Por si todo esto fuera poco, también tendrá que continuar lidiando con una mafia que no acepta medias tintas y ante cualquier posibilidad, por lejana que parezca de relajar las tensiones siempre está dispuesta a “pone el parche antes de que salga el hueco”.