Posted by : Unknown miércoles, 31 de agosto de 2011

Alguien una vez me dijo que Pablo Milanés se había “descafeinado”, queriendo con esa expresión ejemplificar  que, desde su punto de vista, ya no era la voz de antaño: revolucionaria y comprometida con las causas justas. Ahora tras la estancia de Milanés en Miami, pareciera que el referido criterio no estaría del todo errado.

Y no es que ahora estemos a la caza de cuanto parlamento digan cantautores, pintores u otro intelectual cubano pero si estos se dedican a emitir valoraciones sobre asuntos ubicados más allá de sus escenarios habituales, entonces el asunto adquiere otro cariz.

A decir la verdad no es la primera vez que leo declaraciones “picantes” de Pablo Milanés sobre la realidad política de su país de origen. De hecho hace ya bastante tiempo que solo le basta con bajarse del avión en Santiago de Chile o Madrid para que dejen escucharse afirmaciones suyas de un inocultable cariz político.

Si bien es cierto que los artistas de la Mayor de las Antillas se ven asediados en este sentido y al mismo tiempo la imagen del país casi siempre se ve con ese prima, como apuntó recientemente Jorge Perugorría; también lo es que a Milanés parece agradarle el papel de analista social.

Así sus juicios sobre el futuro de Cuba son tierra fértil para todo tipo de medios de prensa, desde las pretendidamente neutrales agencias de prensa hasta el más execrable panfleto anticubano. Lo cual sería perfectamente normal si se tratara de frases sacadas de contexto, pero con Pablo  Milanés no es el caso.

Ahora el autor de canciones que todavía hoy llevan consigo la esperanza de las izquierdas en buena parte de América Latina y más allá, optó por expresarse en un carta abierta en contestación a un artículo aparecido en la prensa miamense en ocasión de su visita al sur de la Florida.

“Pablo Milanés se bota pa'l solar” dijo el articulista Lázaro Fariñas y algo de razón tiene, pues a decir verdad al artista poco le faltó para pedir la cabeza de su interlocutor. Aunque quizás lo más triste fue ver cómo los años, la fama y los elogios lo hacen sentirse por encima de la historia, los hechos y las personas; diciendo que se sirve de los periódicos de Miami para expresar lo que le está negado en La Habana. Nada que, según él, solo ante los mismos micrófonos por los cuales se ha incitado a las masacres en Cuba se puede criticar a la Revolución.

Tal vez le haga falta andar un poquito más en un ómnibus del transporte público, o darse una vueltecita por el mostrador de un bodega cualquiera en este Archipiélago para escuchar a sus compatriotas hablando de lo humano y lo divino; pero sobre todo señalando que “no vinimos en una sociedad perfecta”, como una vez él mismo dijo en una canción.

Eso le demostrará que no hacen falta décadas de “militancia revolucionaria” para criticar, solo un mínimo de compromiso que, al parecer, es demasiado para él.

¿Cuáles son realmente las ideas políticas de Pablo Milanés hoy? Francamente no lo sé, o lo que es mejor, prefiero no intentar averiguarlo. De lo contrario terminaríamos por facilitarle las cosas y con esos les daríamos el gusto a nuestros enemigos.

Tal vez sea la hora de no perder el sueño con artistas como Pablo Milanés que mientras hacer canciones de amor, se las arreglan para decir lo que el auditorio de turno espera oír. Eso podría explicar por qué él pueda hacer su vida normalmente en Cuba y hasta dar giras nacionales con toda la cobertura mediática que merece una figura de su renombre. Aunque quienes reportan sus actuaciones aquí sean esos mismos que juzga como incapaces hacerles “las entrevistas” que él quiere.

¿Será por eso que no fui a su concierto cuando estuvo en mi ciudad?.

Con toda honestidad no creo en el “apoliticismo” y mucho menos en boca alguien como Pablo Milanés, por eso prefiero quedarme con el Pablo de “Canción para la Unidad Latinoamericana”, “La vida no vale nada”, “Amo esta isla” o “Acto de fe”. Mientras seguiré preguntándole a este Pablo sin sustancia: ¿Y tú de qué vas?.

3 Responses so far.

  1. Anónimo says:

    Creo que con tu artículo le das la razón a Pablito. Muchas veces escuché eso de no criticar porque así le haría el juego al enemigo, lo cual es verdad en parte, pero, siempre hay un pero, me he dado cuenta de que dentro del mismo país hay tantos o más enemigos que afuera. Es cierto que nuestros periodistas o en nuestros periódicos no se atreven a escribir juicios críticos como los que hacen falta. No escriben por ejemplo la corrupción y los desvíos de recursos que hay actualmente en las Tunas en el ministerio de la agricultura con los llamados convenios para la cría de animales. Es cierto que en alguna medida hay mentes obtusas que no permiten opiniones contrarias. Todo el mundo tiene derecho a tener sus propios pensamientos y a expresarlos, pero si una constitución dice que no hay desigualdad de raza, ni de sexo, ni de procedencia y esa misma carta magna no te permitía hacer muchas cosas que ella misma promovía y ningún periodista, al menos tú no, criticaron eso de forma fuerte...qué dirás ahora? Eran medidas necesarias? El escenario ha cambiado? Fueron errores y estamos rectificando? No lo creo, no creo que un periodista tenga que esperar el mandato de un presidente para decidir qué escribe y qué critica...tampoco una persona, artista o del común, para expresar lo que piensa, donde quiera que esté...este es mi segundo comentario, el primero no lo publicaste y no tenía nada de picante como dices, espero que sean más bien los problemas técnicos y no de autocensura.

  2. Unknown says:

    Todos tenemos derecho a expresarnos, desde el más simple ciudadano, hasta una figura del arte como Pablo Milanés, pero es innegable que en su carta abierta perdió los estribos y renegó de muchas de la cosas que dijo defender hace mucho tiempo. Eso es lo más triste, la incosistencia de principios. En este país se puede hablar de todo, te lo aseguro, pero igual como en otro sitios del mundo hay que saber encontrar la manera y saber, de verdad, dónde están las esencias. Además todo el mundo consulta, aunque sea con su conciencia antes de emitir un criterio. La "objetividad" y la "neutralidad" en los medios es un espejismo que ni sus propios promotores cumplen, al menos no de la manera que la pregonan. Personalmente no tengo nada en contra de Pablo Milanés, de hecho muchas de sus canciones son mis preferidas. Pero igual no dejaré de decir lo que pienso de él. Algo que, al parecer, a él le cuesta trabajo hacer sin emprenderla a insultos.

  3. Anónimo says:

    A todo aquel que cambia de bando, ya sea por razones politicas, economicas o personales, yo le tengo desconfianza. Por supuesto, incluyo a Pablo Milanes, que fue revolucionario y, a mi entender, ya no lo es. Un dia,como el camaleon, puede cambiar de color otra vez. Prefiero a mis tias que murieron de viejas, siendo comunistas en Cuba, desde los años 30, cuando era un pecado serlo y muy pocos se aventuraban a afiliarse. Cuando llegaron los viajes de la comunidad, en Enero de 1979, no le aceptaron ragalos ni dolares a nadie, incluido mi papa, que habia sido criado en parte por dichas tias. Eso es ser coherente y consecuente. Y aunque yo no soy, ni de izquierdas siquiera, admiro la seriedad y la honestidad de estas tias solteronas.
    Pero no solo hay "camaleones" que huyen desde el bando revolucionario hacia Miami. Tambien los hay a la inversa, que fueron "gusanos" y hoy son fidelistas de corazon, entre ellos el propio periodista Edmundo Garcia, que ha destapado "la caja de los truenos" en Miami por la bronca con Pablo Milanes. Y tambien el comentarista Francisco Aruca, que huyo de Cuba atraves de una embajada despues de conspirar contra Fidel, y es hoy mas fidelista que el propio Raul. Tambien desconfio de estos personajes. Prefiero a los que mantienen una linea vertical hasta el ultimo suspiro de vida, aun cuando no simpatice con sus posturas, como el caso de mis tias.
    Quien me garantiza que el que cambie hoy de bando, no lo hara mañana?

En 280 caracteres...

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