36 noviembres para 37
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Noviembre no siempre huele a lluvia, a hojas caídas, a viento que desordena
las ropas y las manda a volar muy lejos. Noviembre, mes de los rojos y
amarillo...
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Posted by : Unknown
lunes, 30 de julio de 2012
Con obsesiva frecuencia los analistas contrarios a la Revolución Cubana tratan de equiparla a la fallida experiencia del socialismo euro-soviético. Mientras el Viejo Continente se llena de museos y bares que recrean, caricaturizan y vacían de contenido la estética del llamado realismo socialista, en este lado del Atlántico tratan de convencernos de que al respecto Cuba es más de lo mismo.
Así Miami no solo se erige como la ciudad de la nostalgia pre-revolucionaria con constantes y maniqueos retornos a un pasado que, dicen, fue próspero para el Archipiélago; sino que también se empeñan en establecer, de plano, que el ideal revolucionario cubano y su expresión en el arte habría fracasado definitivamente.
“La inoperancia ideológica y económica de la revolución cubana, así como su descrédito a nivel social, marcan las pautas fundamentales que evidencian la existencia de una era postcomunista en Cuba”, aseguró sin recatos cierta crítica desde la referida ciudad estadounidense al reseñar una exposición de artistas plástico nacidos en la Mayor de las Antillas.
Curiosamente para ella resultó irrelevante el hecho de que, de los expositores, apenas uno resida en el Archipiélago y, aunque este no sea requerimiento en extremo clave, sí deja bastante dudas sobre cuán nítida sea la visión del resto artistas tengan de la plástica cubana contemporánea aun cuando sean de origen cubano.
En resumen dice lo que Miami, o más bien su clase política, quiere oír, que el arte revolucionario no tiene futuro. Sin embargo semejante aseveración sigue detenida en el tiempo como buena parte del discurso contrarrevolucionario.
Solo basta con andar las galerías y demás espacio de creación tanto plástica, como del resto de las manifestaciones artísticas para encontrar un profundo mentis a las ilusiones miameneses.
Apenas basta la exquisita muestra de carteles En todas partes soy, a cargo de 12 estudiantes del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI), que este año nos regaló una mirada diferente pero sentida de cómo los jóvenes cubanos de hoy ven a José Martí.
“Me satisface haber aportado mi visión de Martí, lograr mostrarla por primera vez y que las personas puedan tener una identificación con ella. Además, son conceptos universales: una amiga estaba embarazada entonces y eso me sirvió de inspiración, de ayuda para comprender mejor el significado, la carga emotiva que yace en esos bellos poemas”, dijo una de las jóvenes diseñadoras participantes en la expo.
Puede que un arte revolucionario cubano haya quedado en el pasado, pero eso quiere decir que sea necesario buscar a taxidermistas trasnochados para que la examinen. Probablemente quienes requieran los “servicios” de esos especialistas sean precisamente quienes todavía siguen mirando a este país a través del prisma de las ruinas del Muro de Berlín.
Así Miami no solo se erige como la ciudad de la nostalgia pre-revolucionaria con constantes y maniqueos retornos a un pasado que, dicen, fue próspero para el Archipiélago; sino que también se empeñan en establecer, de plano, que el ideal revolucionario cubano y su expresión en el arte habría fracasado definitivamente.
“La inoperancia ideológica y económica de la revolución cubana, así como su descrédito a nivel social, marcan las pautas fundamentales que evidencian la existencia de una era postcomunista en Cuba”, aseguró sin recatos cierta crítica desde la referida ciudad estadounidense al reseñar una exposición de artistas plástico nacidos en la Mayor de las Antillas.
Curiosamente para ella resultó irrelevante el hecho de que, de los expositores, apenas uno resida en el Archipiélago y, aunque este no sea requerimiento en extremo clave, sí deja bastante dudas sobre cuán nítida sea la visión del resto artistas tengan de la plástica cubana contemporánea aun cuando sean de origen cubano.
En resumen dice lo que Miami, o más bien su clase política, quiere oír, que el arte revolucionario no tiene futuro. Sin embargo semejante aseveración sigue detenida en el tiempo como buena parte del discurso contrarrevolucionario.
Solo basta con andar las galerías y demás espacio de creación tanto plástica, como del resto de las manifestaciones artísticas para encontrar un profundo mentis a las ilusiones miameneses.
Apenas basta la exquisita muestra de carteles En todas partes soy, a cargo de 12 estudiantes del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI), que este año nos regaló una mirada diferente pero sentida de cómo los jóvenes cubanos de hoy ven a José Martí.
“Me satisface haber aportado mi visión de Martí, lograr mostrarla por primera vez y que las personas puedan tener una identificación con ella. Además, son conceptos universales: una amiga estaba embarazada entonces y eso me sirvió de inspiración, de ayuda para comprender mejor el significado, la carga emotiva que yace en esos bellos poemas”, dijo una de las jóvenes diseñadoras participantes en la expo.
Puede que un arte revolucionario cubano haya quedado en el pasado, pero eso quiere decir que sea necesario buscar a taxidermistas trasnochados para que la examinen. Probablemente quienes requieran los “servicios” de esos especialistas sean precisamente quienes todavía siguen mirando a este país a través del prisma de las ruinas del Muro de Berlín.
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