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Noviembre no siempre huele a lluvia, a hojas caídas, a viento que desordena
las ropas y las manda a volar muy lejos. Noviembre, mes de los rojos y
amarillo...
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- San Pablo de Yao (II): La anécdota que quedó en el banco
Posted by : Unknown
viernes, 24 de mayo de 2013
Gracias Disa…
Libres por unas horas
“Poco después bajamos a San Pablo de Yao, donde entramos en medio del alborozo general del pueblo, nos apoderamos pacíficamente de él algunas horas (no había tropa enemiga) y empezamos a hacer contactos”. Así narra en el Ernesto Guevara de la Serna en Pasajes de la Guerra Revolucionaria su paso por este pueblito que también vive con el orgullo entre pecho y espalda de haber sido liberado él al menos por una horas.
Mientras Alcides relataba el juego de pelota con el líder de la Revolución, algo dijo sobre la estancia allí del Che a principios de septiembre de 1957; pero, reitero, el detalle pasó de largo quien sabe si planeando renacer ahora y de la mejor manera.
La tropa del Guerrillero Heroico venía de Dos pasos de Guayabo.
“Después del encuentro con Fidel, el 29 de agosto, marchamos algunos días, juntos a veces y otras separándonos alguna distancia, pero con el objetivo de pasar unidos por el aserrío de Pino del Agua”, dice al comienzo del relato.
De su permanencia en San Pablo de Yao, sigue contando: “Trabamos conocimiento con alguna gente de la localidad y cargamos toda la mercancía posible en camiones que conseguimos con los mismos comerciantes a quienes se la compramos a crédito, pues en aquella época pagábamos con vales”.
Lo que viene a continuación explica por qué el nombre de cierta mujer tiene un sitio destacado entre los mártires señalados a la entrada del municipio Buey Arriba, al cual pertenece Yao.
Dice el Che: “Conocimos entonces a Lidia Doce, quien fuera después nuestra gran compañera y la encargada de todas las tareas de contactos de la columna hasta su muerte en La Habana”.
Por eso el rostro de esa campesina no podía faltar entre los héroes de esta comarca. Ella se jugó la vida mil veces llevando mensajes importantes de la guerrilla al llano. En su asesinato, junto al de Clodomira Acosta y otros compañeros más, los esbirros de Fulgencio Batista ensayaron técnicas de desaparición que en décadas posteriores se harían tristemente célebres en Sudamérica.
Quizás en el futuro siga descubriéndole cosas emocionantes a San Pablo de Yao, pero al menos saberlo en su sencillez campesina unido al Fidel y Che es razón suficiente para no olvidarlo.
gracias Is, por acordarte y rescatar del tintero la anécdota. chau
No hay que darlas Disa, era lo menos que podía hacer.
Besos...