36 noviembres para 37
-
Noviembre no siempre huele a lluvia, a hojas caídas, a viento que desordena
las ropas y las manda a volar muy lejos. Noviembre, mes de los rojos y
amarillo...
- Back to Home »
- Cuba , radio , Radio Progreso , Radio Reloj , Radio CMBF , Radio Rebelde: Habana Radio , Radio Taíno , Radio Victoria , radionovelas »
- Días de radio
Posted by : Unknown
lunes, 22 de septiembre de 2014
Las órdenes de una agradable pero estricta oftalmóloga me
lanzaron a la oscuridad y el ostracismo sanitario por una semana. Salvo mi
madre, que las hizo de “carcelera” trayéndome la comida tres veces al día, el
“ring ring” del teléfono con sus mensajes de aliento y los besito al aire de mi
Isa a través de la ventana, todo fue penumbras. La prescripción médica
aconsejaba el aislamiento así que mi ya veterano radio me salvó de la
desesperación.
Habitualmente ubicamos a las emisoras no por su frecuencia,
sino por el lugar en que las encontramos con el dial. Desde luego en cada lugar
de Cuba es diferente pero sigue siendo tan común como dar una dirección no por
el nombre de la calle sino por indicaciones como “dobla por aquí o sigue por
allá”.
En mi radio de izquierda a derecha (y en la FM) primero está
Radio Taíno, más allá Reloj, apretadita por Rebelde: Habana Radio, luego CMBF
antes de llegar a Radio Progreso y
al final Radio Victoria, la estación
provincial de Las Tunas.
De plano opté por eludir los programas musicales pues
necesitaba voces diferentes a la de mis
pensamientos para romper con la soledad obligada. Afortunadamente “La Onda de la alegría” sigue
siendo la estación por excelencia de los dramatizados radiofónicos. Entonces
volví a los años 90.
En esa época no había series de televisión, ni DVD`s, ni
computadoras. Crecí escuchando las
radionovelas matutinas y vespertinas, influido por la costumbre de mi abuela de
oírlas a través de un vetusto aparato marca “Agrícola” anterior a la zafra de
los 10 millones. Retorné entonces a Tu
novela de Amor, Clave 830, Así se forjó la patria, La Gran Aventura de la humanidad, La Novela de las 2, Novela cubana y Estudio 4, por mencionar algunos. Dos décadas después la
presentación de cada uno de esos espacios es la misma que recordaba, como si no
hubiera pasado el tiempo.
Ora en la voz gutural de Marlon Alarcón Santana, ora con la
de otros de los narradores anduve entre los amores en La Habana de los años 40,
la vida de Laura Martínez de Carvajal (la primera cubana que se graduó de
medicina), la biografía de Malcom X, los convencionalismos sociales en el
pobladito español de Badajoz allá por los 50 y conocí a Yaser un cubano
mujeriego de la contemporaneidad quien acabó de enterarse de que tiene una hija
de 4 años.
Escuchar una novela de la radio suele ser parecerse mucho a
leerse un buen libro solo que en su caso los diálogos, los sonidos y efectos
llegan por el oído dejándonos imaginar los lugares, los olores, los rostros.
Así quedé medio enganchado con la Ronda
de los Asesinos de Agente Especial,
el policíaco que acompañó mis cenas; disfruté el radioteatro dominical con El Rey se divierte de Víctor Hugo y hasta puede que extrañe el
gracioso acento del torero Juan Gallardo de las Noches de Novela.
Por el camino noté que a los realizadores les parece válida
toda música para tratar de ambientar sus obras, aunque a veces a uno le choque
escuchar un tema de Buena Fe sobre el miedo usado como transición, o se tope
con la banda sonora de Game of Thrones cerrando
unas Aventuras de la tarde sobre
Rali, un niño búlgaro empeñado en salvar a su hermano Lucan de las garras de
los turcos a finales de los siglo XIX.
Para el olvido quedan los devaneos nocturnos de cierto
comentarista de béisbol que ya vio pasar sus mejores días, si es que los tuvo
alguna vez; y como nota al pie, la confirmación de que mucha de la narración deportiva
en Tele Rebelde está tan cercana a la radio que con oírla es suficiente.
El más agradable de los descubrimientos fue Habana Radio. La primera sorpresa fue
una versión sui géneris del clásico Cecilia
Valdés de Cirilo Villaverde que combina el estilo habitual de los
dramatizados radiales con la lectura directa del texto; la otra, la Columna del
historiador donde disfruté la oratoria de Eusebio Leal, esta vez dedicada a el recientemente
fallecido arquitecto Mario Coyula.
En el apartado de los buenos sabores también ubico a De cierta manera escrito, conducido y
dirigido por Luciano Castillo que, como su similar de la TV, se especializa en
el cine cubano. La casualidad quiso que escuchara el programa que Castillo le
dedicó a la labor de Leo Brower uno de los autores más importantes en la
historia de las bandas sonoras para séptimo arte en este Archipiélago.
Otros viejos conocidos también hicieron lo suyo rompiendo la
monotonía de quien debía permanecer con los ojos cerrados la mayor parte del
tiempo. Fue el caso de Haciendo Radio
dando una idea de por dónde andará al agenda diaria de los medios en el país; De Mañana, el magazine de Radio Taíno; Hablando Claro, el mejor, creo, programa de opinión radiofónica de
Cuba y Panorama Deportivo donde
hacen lo que pueden para informar en tiempo real a la ávida audiencia
doméstica.
Y si te pesca la madrugada, no te pierdas en Radio Progreso El Club de la madrugada, buena música y mejor conducción! Yo soy radio dependiente, sobre todo en la madrugada que esta menos movida la música... Y de comentaristas deportivos no hablemos, porque me da terepera