36 noviembres para 37
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Noviembre no siempre huele a lluvia, a hojas caídas, a viento que desordena
las ropas y las manda a volar muy lejos. Noviembre, mes de los rojos y
amarillo...
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Posted by : Unknown
martes, 16 de diciembre de 2014
Pasados los días aún están frescas las huellas de la visita a
Cuba de Ernesto Londoño*,
editorialista de temas cubanos en The
New York Times. Su estancia aquí generó todo tipo de reacciones: desde el
juicio escrutador hasta los más furibundos ataques pasando por las opiniones
más o menos certeras y algún que otro
“deslumbramiento”.
Mientras la prensa alineada con la más rancia tradición
anticubana en Miami lo calificaba de “turista político”, hubo hasta quien se
atrevió a comparar los 15 días en este Archipiélago del periodista de origen
colombiano con la hecha por Herbert Matthews a mediados del siglo pasado.
Salvando las obvias distancias pocos de los comentaristas de
la realidad doméstica pudimos sustraernos a seguir con atención su visita;
especialmente porque llegó precedido de una ofensiva comunicacional jamás vista
desde el Times neoyorquino para
dejar bien establecida su inconformidad con la tradicional postura confrontacionista de Washington hacia La
Habana.
En un calculado gesto Londoño inauguró su agenda en suelo antillano
recorriendo la redacción del periódico Granma.
Desde la distancia, se notó el intercambio como tenso, no al punto de la
tirantez, pero sí con ambos bandos pensando bien cada palabra, cada gesto.
“Fue un diálogo diáfano, -comentó la titular de la redacciónnacional del principal diario cubano- aunque se sabe que entre periodistas las
conversaciones siempre están acompañadas de esa especie de termómetros
personales o instintos, como quieran llamarles, con los que constantemente
estamos evaluando a nuestro interlocutor”.
Sin embargo el visitante marcó distancias rápidamente haciendo
notar que no fue un encuentro entre amigos. Desde su cuenta en twitter dijo: “Durante la visita de Granma, me di cuenta de lo mucho que
valoro nuestra capacidad de criticar y cuestionar a nuestros líderes”. O sea
que no se trató de un camarada de visita sino simple y llanamente de alguien
que llegó para reafirmarse en sus ideas ya preconsevidas sobre el periodismo
cubano; y cuyas opiniones lo acercan coyunturalmente a los puntos de vista de
Cuba en lo referente al sentido que es la existencia del bloqueo.
Tampoco asombraron sus contactos con algunos de los blogueros
cubanos, ya bien en espacios colectivos como lo fue en la celebración del
quinto aniversario del blog de Paquito o de manera individual. De este último dijo
Carlos Alberto Pérez autor de la bitácora personal Chiringadecuba: “Particularmente me sorprendió su juventud, pero en
muy poco tiempo entendí por qué ha sido precisamente él, el escogido para
escribir los polémicos editoriales que llaman al gobierno norteamericano a
eliminar el bloqueo y normalizar las relaciones con Cuba”.
“Hubo muy buena conexión profesional, así que quedamos en
seguir trabajando para proyectos futuros. Entre otras cosas le agradecí en
nombre del pueblo cubano la posición de su periódico y su particular esfuerzo
en un caso tan especial como este. Llegamos a la conclusión de que falta aún
mucho por escribir, y por hacer” agregó.
Muy reveladora resultó su paso por la sede de Oncuba, una web ilustrativa de la
diversidad ya palpable en el concierto mediático cubano. Ante la reportera dedicho medio, Londoño mantuvo el mismo discurso dicho ante otros interlocutores
sobre el porqué se han extendido en el tema Cuba en los últimos meses.
“The New York Times
–insistió- tiene interés en expandir sus audiencias y este es uno de los
mecanismos para atraer más lectores fuera de Estados Unidos, nos dio una idea
de cómo podemos expandirnos en la región publicando esta serie en español e
inglés. Pero no es que alguien del gobierno, ni ninguna persona con interés de
lobby nos haya puesto el tema. Surgió de forma espontánea, orgánica, y ha
generado mucho interés, mucho debate y sentimos que podemos seguir alimentando
este proceso”.
A estas alturas esos argumentos siguen siendo creíbles pero
sólo como la cobertura de intensiones mayores. Quien haya estudiado un poquito
la historia de ese diario lo sabe muy vinculado a los círculos de conformación
de la política exterior, tanto dentro, como fuera del gobierno norteamericano.
Baste recordar la célebre solicitud hecha por el presidente
John F. Kennedy el 20 y 21 de octubre de 1962, al editor jefe y director del NYTimes Turner Catledge y Orvil Dryfoos,
respectivamente, de no publicar los
reportajes ya listos sobre la instalación de misiles en Cuba. Recuérdese que en
esos instantes en el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. se debatía sobre
qué pasos seguir tras conocer, desde el 16 de octubre de 1962, que la URSS
había instalados pryectiles nucleares en la mayor isla de Las Antillas.
“Estamos en una posición de ofrecer propuestas, ideas,
abordar temas que puedan fomentar un diálogo constructivo, interesante, y
puedan poner este tema en un nivel más alto en el radar”, le expuso Londoño a OnCuba.
Igual de reveladora fue su particular interacción con los
representativos de los medios financiados por el gobierno norteamericano como
es el caso de 14ymedio. Si primero
él trató de no hacerse ver con ellos más tarde le sirvió, al decir de Milena
Recio desde Progreso Semanal, como
una especie de amplificador de un engendro que hasta ahora le está dando muchos
gastos a Washington pero poquísimos resultados pues carece de credibilidad
entre sus clientes habituales de la prensa extranjera acreditada en suelo
cubano.
Tanto esa paulatina familiaridad con 14… como su creciente distanciamiento de Granma serían señales de que Londoño no fue todo lo “independiente”
que afirmó ser a la hora de establecer su itinerario aquí. Igual quien le
reclamara por eso o esperara alguna declaración solidaria de su parte hacia la Revolución
Cubana estaría pidiéndole peras al olmo
y mostraría un nefasto e innecesario rostro
de intolerancia desde la izquierda que solo conseguiría la mofa de un aliado
potencial.
Si es posible sacar algo en claro de la visita de Ernesto
Londoño a Cuba es que la visión que TheNew York Times dará a partir de ahora sobre la realidad cubana tendrá mucho
de la experiencia y/o vínculos que su editor encargado dejó en aquí. Solo el
tiempo dirá qué tanto eso realmente podrá influir o no en la política de Washington
hacia este Archipiélago.
NOTAS
* Nacido en Bogotá Colombia
Ernesto Londoño se mudó para Estados Unidos en 1999 y cursó estudios de
Periodismo y sobre América Latina en la Universidad de Miami. En los inicios de
su carrera trabajó para The Dallas
Morning News. Se unió al equipo editorial de NYTimes en septiembre de 2014. Antes cubrió las noticias
relacionadas con el Pentágono para The
Washington Post. Entre 2008 y 2012 reportó para el Post desde Afganistán e Irak.
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