En la noche de San Juan
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Es la noche, la hoguera perfecta para los malos presagios. El fuego condena
las cartas escritas en blanco. Debe haber plateadas lunas que los inviten
al ca...
Posted by : Unknown
miércoles, 3 de junio de 2015
En tan poco tiempo vi los múltiples rostros de un país de historia milenaria y luchas sociales que lo acercan mucho al nuestro, sin hablar de las similitudes en la sazón de las comidas y el mestizaje de su gente.
Encontré ciudades provincianas, cosmopolitas, turísticas, grandes o pequeñas pero siempre depositarias de un pasado de por lo menos 10 siglos que hacen parecer nada a 500 años de historia de este Archipiélago del trópico.
La emigración tiene allí una expresión clarísima en los meseros venidos de Europa oriental, los cuidadores de baños y recogedores de basura de tez oscura con rasgos asiáticos o africanos para quienes es una rareza que alguien les agradezca el buen servicio con un estrechón de manos. Las huellas del desarraigo son inocultables para Nidia, Dayami o Rosa quienes, por suerte, no han perdido el amor por este Archipiélago del Caribe.
“¡Preocúpense!” les dije porque es otra manera de hacernos caer en cuenta del valor del ejemplo de esta Revolución. Si no fuera suficiente con saberse parte de una sociedad empeñada en un proyecto social disidente de la hegemonía cultural del capitalismo, llevamos sobre nuestros hombros la esperanza de tantas personas que siente que es posible un mundo mejor.
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